Extravagancia pura

El ballottage entre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau, que fue el principal desenlace de las elecciones de ayer, lleva a la campaña por la presidencia a un tramo extravagante. Antes que la polarización con Scioli, que esperaba Mauricio Macri, habrá una con Macri, impulsada en el distrito más visible del país por sus aliados de Cambiemos. La fórmula Lousteau-Fernando Sánchez expresa a la UCR de Ernesto Sanz y a la CC de Elisa Carrió.

Macri tenía su plan para el caso de que anoche Rodríguez Larreta ganara en primera vuelta o se pusiera al filo de ese triunfo

Él iba a relanzar su candidatura para sumergirse en el conurbano bonaerense, su terra incognita. Ahora deberá seguir prestando atención a su distrito. Tendrá que pactar el disenso con sus socios nacionales. Porque ¿cuál será el mensaje de Lousteau? ¿Se conformará con un elogio de la alternancia? ¿O planteará una contradicción moral, como insinuó anoche?

Lo que para Macri es una dificultad, para el radicalismo y la Coalición Cívica es un dilema. La dirigencia local de esos partidos no sueña, al menos por ahora, que un realineamiento del electorado la ponga en el poder. Pero sí aspira a consolidar un 45% de los votos en un territorio crucial para cualquier fuerza que busque representar a los sectores medios. Este objetivo aconsejaría acelerar a fondo.

Aquí es donde el compromiso con Macri para desplazar al peronismo de la Casa Rosada aparece como un límite. Una caracterización negativa de Pro y de su líder dañaría al candidato más competitivo de la propia coalición, llevando votos hacia Scioli y Margarita Stolbizer. Con un perjuicio más grave: Cambiemos podría aparecer como un grupo de dirigentes que sólo hablan de ellos mismos y de sus contrariedades, y se olvidan de los ciudadanos. En otras palabras: podría transformarse en UNEN.

Si echa la vista atrás, quizá Macri detecte un error táctico. Durante el año pasado, Lousteau ofreció varias veces integrar a Pro y a su fuerza, ECO, en un frente, y que la candidatura a jefe de gobierno se resolviera en una primaria. Macri no aceptó. En abril último, apenas el radicalismo acordó con él en Gualeguaychú, varios dirigentes porteños de ese partido lo visitaron para ofrecerle otra salida: que unificara las elecciones porteñas con las nacionales. Si hubiera adoptado ese criterio, lo más probable sería que el candidato de Pro y el candidato de ECO competirían por la ciudad, pero subordinados a la fórmula de Macri. También hubo un rechazo. Las...

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