Experiencia Miles: el Teatro Colón se viste del mejor jazz

De entre la gran cantidad de misterios y agujeros negros que aún guarda la vida de , el más grande aún sigue siendo el de su (auto)reclusión entre 1975 y 1980. Durante esos cinco años, durante las décadas anteriores no tocó la trompeta ni siquiera una vez: ni en público ni en privado. "Pasaba por al lado de ella, la miraba y pensaba en tocar. Pero al rato se me pasaba", cuenta en su autobiografía. "Estaba ocupado haciendo otras cosas; otras cosas que, en su mayoría, no eran buenas para mí".Pero durante esos años, Miles Davis no estuvo del todo alejado de la música. Una de sus actividades diarias era llamar a su hermana Dorothy en Chicago y pedirle que le deje escuchar por teléfono el ensayo de AL7, la banda que tenía Vincent Wilburn Jr., su sobrino. "Nos escuchaba y cuando terminábamos nos corregía cosas", cuenta Wilburn, baterista que mañana tocará en el Teatro Colón como parte del ciclo LN Cultura (), al frente de la Miles Electric Band, un colectivo integrado por músicos que fueron parte de las distintas formaciones del trompetista durante los 80. "Hasta que un día nos dijo: ‘¿Quieren grabar? Vénganse conmigo a Nueva York’".Ninguno de los músicos lo dudó un segundo y enseguida viajaron. Sin saberlo, Vincent Wilburn Jr. estaba siendo partícipe activo del regreso del músico de jazz más importante de todos los tiempos: en junio de 1980 se metieron en el estudio para grabar dos canciones de The Man with the Horn, el primer disco con material nuevo del trompetista en ocho años. "No creo que yo tenga que llevarme crédito por su regreso, había dejado de tocar porque sentía que no tenía nada que tocar", aclara Wilburn, a quien en ningún momento de la entrevista dejará de llamar "el tío Miles".Es que la relación entre ambos siempre fue muy estrecha, incluso desde antes de tocar juntos. Cada vez que Miles iba a tocar a Chicago, dejaba que Vincent se quedara mirando el show desde el escenario. "Por supuesto que a esa edad no dimensionaba lo importante que era, para mí era la emoción de que mi tío venía a visitarnos -recuerda-. Cuando me fui metiendo en la música entendí que era un superhéroe, le preguntaba de todo y aprendía con él". Tanto fue así que Miles lo convirtió en baterista a su medida, le pasó discos de James Brown y lo alentó a que desarrollara un estilo moderno, justo lo que él necesitaba en su período eléctrico. "Él, Miles, escuchaba de todo", afirma Wilburn Jr. "Era como una esponja que absorbía todas las músicas. Escuchaba flamenco...

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