La ex fábrica de muebles de 1923 y estilo neocolonial, enclavada en un pintoresco barrio porteño, que podría tener un nuevo destino

El timbre funciona, pero no atiende nadie. Solo dos perros mestizos ladran del otro lado de la reja verde donde están pegadas las fajas de clausura . Hay que recurrir a la vieja usanza, aplaudir para tener suerte, pero solo los perros siguen ladrando, uno amistoso, el otro más picante, mostrando los dientes. En la galería hay señales de movimiento, una escoba, un trapo de piso y la puerta entreabierta, con una luz prendida en la planta alta de esa casa histórica de la calle Freire 3050 , donde funcionaba la ex fábrica de muebles Barthel que hoy está atravesada por un conflicto de intereses que frena un proyecto inmobiliario.

Los perros siguen ladrando dentro del inmueble, pero se calman y se van mansos a buscar un poco de sombra en un día de calor agobiante. Parecen ser los únicos moradores del conjunto edilicio de estilo neocolonial construido en 1923 y destinado a la fabricación de muebles de la empresa fundada en 1891 en Dresden, Alemania. Fue Rudolph Barthel, hijo de los fundadores, quien trasladó la producción a Buenos Aires junto a su esposa, Gertud Götz. El frente de la ex fábrica de muebles Barthel

La historia romántica de la fundación y radicación en la Argentina contrasta hoy con la realidad de lo que quedó de aquella fábrica cuyo cartel aún pueden verse en la fachada amarilla: Barthel Muebles, dice en letras cursiva de madera incrustadas en las paredes con algunos trazos que se van despejando. La fábrica, ya cerrada, afrontaba un proceso de sustitución parcial a través de un proyecto privado , pero una medida cautelar impulsada por grupos vecinales que defienden el patrimonio porteño frenó el proyecto hasta que el caso termine de estudiarse y se resuelva la cuestión de fondo.

La semana pasada la Sala de Feria del fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la ciudad de Buenos Aires ratificó la medida cautelar dictada por el juez Roberto Gallardo y rechazó la apelación del Gobierno porteño y la empresa Jorne SA , a cargo del emprendimiento. El fallo del magistrado había ordenado suspender la demolición y los trabajos constructivos en el inmueble que posee una protección estructural avalada por una Ley específica aprobada en 2014. La ex fábrica se abrió en 1923, en un edificio de estilo neocolonial

"La Ley es de cuando la fábrica aún estaba en funcionamiento, le dio protección estructural que permite realizar algunas modificaciones interiores, pero no demoler ni aumentar la superficie en altura", explica la arquitecta Dora...

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