Estimular y aumentar la autoestima para potenciar el espíritu emprendedor

Marcela Mansilla trabajaba en una empresa de servicios de correo hasta que despidieron a gran parte del personal. Ella no fue la excepción. "A los 36 años salí a buscar laburo de nuevo y se me hizo muy difícil. Llegó un momento en que dije: de alguna forma tengo que ayudar a mi marido a sostener la familia", recuerda Marcela, quien debió rebuscárselas para alimentar a sus seis hijos.Se anotó en cursos vinculados con el arte y las manualidades: su necesidad de encontrar un empleo despertó en ella el interés por capacitarse. Estudió aromaterapia para elaborar cremas y aceites; aprendió serigrafía y sublimación para diseñar prendas de vestir. Obtuvo conocimientos y productos muy atractivos. Sin embargo, le faltaba algo clave: saber cómo venderlos."Mi problema no era qué hacer, mi problema era la venta. Tenía todas las cosas estancadas en mi casa, sin vender. Iba a reuniones con amigos y llevaba en mi cartera los productos, pero no me animaba a mostrarlos", confiesa. Esta dificultad desapareció cuando Marcela conoció la Fundación Proem, que promueve el desarrollo laboral, acompaña la generación de emprendimientos y fortalece organizaciones productivas ya constituidas.Cerca de su hogar en Tigre, en el barrio Las Tunas, esta ONG desarrolla un programa de capacitación integral para emprendedores que incluye asesoramiento para el armado de un plan de negocios y también aprendizaje en todo lo referido a la alfabetización digital...