'Tengo la esperanza de que me digan que Roxana fue a votar'. ¿El Estado aprovecha las elecciones para buscar a las personas perdidas?

Alejandra, madre de Roxana Paola Villalba, una joven desaparecida desde 2018, posa con la foto de su hija en la puerta de la escuela en la que Roxana debería ir a votar este domingo

Desde que su hija Roxana desapareció en 2018, Alejandra Villalba, su mamá, cumple un riguroso ritual ante cada elección: por la tarde, se acerca a la mesa en la que, según el padrón, debía votar su hija para preguntar por ella. " Sigo teniendo la esperanza de que me digan que votó , pero hasta ahora nunca pasó", asegura emocionada.

Según el Registro de Infractores de la Cámara Nacional Electoral, al que cualquier ciudadano puede acceder de manera online , la joven que tenía 20 años cuando desapareció figura como infractora por haberse ausentado en las últimas cinco elecciones.

La última vez que madre e hija compartieron un mate fue el 7 de diciembre de 2018. "Vuelvo el lunes o en la semana", le dijo aquel viernes. Pero no supo nada más de la joven, que es trasplantada hepática y nunca más fue al Incucai a retirar su medicación . Alejandra siente que el hombre con el que había empezado una relación estuvo involucrado en la desaparición de su hija. Que la Justicia lo haya descartado como implicado es, para ella, una muestra más de lo mal que se viene investigando el caso.

Esta mujer, mamá de otros tres hijos, recuerda bien la última votación a la que fue su hija. Fueron las legislativas de 2017, protagonizadas por la disputa entre las listas que encabezaron Esteban Bullrich y Cristina Kirchner. Habían ido juntas a votar. En las presidenciales de este domingo, Roxana figura en los padrones de la Escuela Secundaria N° 42, ubicada en la localidad de Gobernador Costa, en Florencio Varela .

A Claudia Betancur, la hija de Aída Cabrera, le toca votar en la Escuela Secundaria Verbo Divino de Posadas, Misiones. En la misma escuela debería votar su mamá, desaparecida hace casi 10 años, cuando tenía 66 . El paso de esta última década no borra las sospechas de Claudia de que su mamá fue víctima de una red de trata.

Como tienen la misma dirección, es frecuente que el padrón marque que votan en la misma escuela. Por eso, los domingos de elecciones y aunque haga frío, Claudia cumple con su deber cívico vistiendo una remera que tiene estampada la cara de su madre. Es, dice, una manera de homenajearla y de reclamar que el Estado, también la sociedad, no dejen de buscarla .

Claudia Betancur, frente a la escuela en la que el domingo debería votar Aída, su madre, la mujer que figura...

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