En el espejo de Menem

Cristina Kirchner suspiró aliviada cuando el fiscal Javier De Luca le dio un tiro de gracia a la denuncia que había hecho el fiscal Alberto Nisman: si se hubiese reabierto, ella podría ser citada por la Justicia aun dentro de varios años. Las denuncias por delitos de lesa humanidad o ataques terroristas son imprescriptibles. La Presidenta se vio reflejada en el espejo de Carlos Menem, que se volvió esclavo de los fueros y de la protección del Gobierno, y decidió que merecía para ella un destino mejor.

La denuncia de Nisman contra estaba destinada a morir de una forma u otra. Por eso, , la procuradora general Alejandra Gils Carbó; la jefa de ésta, la Presidenta, y la organización con la que él comulga, Justicia Legítima.

La denuncia iba a morir no porque no tuviese fundamentos, sino porque Cristina Kirchner no quería correr el mismo destino del ex presidente Menem, que para no ir preso vive esclavo de sus fueros y de tener que votar en el Senado cualquier antojadizo proyecto de ley o favor que se le pida.

Desde el punto de vista técnico jurídico, se puede argumentar que las causas vinculadas con delitos de lesa humanidad y con atentados terroristas son imprescriptibles, es decir, que una investigación de ese tipo no puede ser paralizada de manera alguna. Pocos como los Kirchner hicieron para que esto fuera así, y gracias a ello están siendo juzgados cientos de ex militares represores.

La vida es una paradoja. Por cierto, es muy probable que la Presidenta no haya cometido el delito que le imputó Nisman de pretender encubrir a los iraníes sospechosos del atentado de 1994. Nisman no presentó las pruebas porque quien denuncia -una violación, un robo o un encubrimiento, por ejemplo- no debe hacer nada más. Sólo la denuncia. Pero la mandataria, para salir del laberinto, directamente lo destruyó.

Pero incluso en este caso de que la Presidenta fuera a todas luces inocente, el mero hecho de que ese expediente pudiera seguir abierto hubiera dejado a la Presidenta expuesta a citaciones judiciales más insidiosas que las que puedan provenir de la causa Hotesur o de cualquier otro caso de corrupción.

Para lograr ese objetivo de sepultar el caso Nisman vs. Cristina Kirchner, la Presidenta logró algo que nadie consigue en la Justicia: en apenas tres meses se le alinearon todos los planetas.

En efecto, cuando el fiscal Gerardo Pollicita pidió que se investigara la denuncia de Nisman, el juez Daniel Rafecas salió presto a cerrarla. Y cuando el fiscal Germán...

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