Cuando la escritura es una forma de renuncia

Podríamos empezar así: el escritor auténtico no es el que escribe, sino el que quiere dejar de escribir. El único éxito consiste en esa defección. "Mi ambición suprema, estrambótica, sería escribir un texto de tres páginas o de mil páginas, da lo mismo, que fuera desde mi punto de vista tan definitivo que podría dejar de escribir". Eso dice el francés Pierre Michon en una de las trece entrevistas reunidas con el títuloLlega el rey cuando quiere. Michon conoce bien el paño. Hay para él dos clases de escritores: los frívolos y los fervientes. Los primeros (casi todos) escriben para un prójimo inmediato; los segundos (él mismo) para un Otro más elevado. "Quien escribe... se...

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