De los escombros de la guerra a símbolo de la reconciliación

Desde la reinauguración en 2005, la iglesia Frauenkirche de Dresde es sede de más de 120 conciertos al año dedicados a la espiritualidad

DRESDE, ALEMANIA.- Un estrépito de tambores retumba en el poderoso recinto. No pretende describir las bombas que detonaron en la ciudad la noche del 13 de febrero de 1945 ni el atronador derrumbe que sucedió en la mañana del 15, dos días después del bombardeo sobre Dresde . Sin embargo, en el interior de la Frauenkirche, la imponente iglesia de Nuestra Señora , lo que evoca la música de Toshio Hosokawa es indefectiblemente eso: los ecos del estremecimiento, la violencia atronadora y el espanto de la destrucción.

Esta pieza para percusión llamada Intermezzo orquestal con la que abrió su concierto la Orquesta Filarmónica de Dresde bajo la batuta de Kent Nagano en el reciente festival de primavera (la 45a edición del Dresdner Musikfestspiel), forma parte de la ópera Stilles Meer (mar silencioso), compuesta por Hosokawa como un réquiem para las víctimas del terremoto, tsunami y accidente nuclear de Fukushima en Japón en 2011.

Alguna vez a Dresde se la llamó "la Hiroshima europea". El mote nunca fue asimilado por sus propios habitantes debido a la naturaleza diversa de la agresión y del tipo de devastación que sufrió cada una de esas urbes hacia el final de la Segunda Guerra Mundial

"Después de mucho reflexionar sobre qué tocar en la Frauenkirche, una iglesia con una acústica muy especial y una historia de reconstrucción que es un milagro -explica el director angloestadounidense de origen japonés en un encuentro que mantuvo con LA NACION en la capital sajona-, he concluido que, si bien hay muchas obras sobre la guerra, en el contexto de este edificio y de la conmemoración que se impone, quise exponer un significado más abstracto y universal. ¿Cuál es el sentido de escuchar esta música? Esta microforma de Hosokawa explora el poder de la naturaleza, el antes y el después del desastre. Antes del terremoto siempre se produce una pausa, un silencio profundo y extraño, una quietud donde los pájaros ya no cantan, donde el cielo adquiere unos colores desconocidos y una temperatura rara. Es una extrañeza desoladora la que se produce antes de la devastación. Finalmente, cuando llega el terremoto, el sismo, el gran movimiento… recibimos esa brutal acción de la naturaleza (o del hombre) y luego las consecuencias, los after-shocks, esos golpes que llegan como olas de reacciones en cadena ¿Qué significa todo eso? El...

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