Escandalosas impunidades judiciales

La Justicia Federal Penal de la Capital Federal agrega a diario motivos de escándalo y preocupación por su alarmante descomposición. Algunas novedades sobre esa decadencia se refieren al titular del Juzgado Federal Nº 6, Rodolfo Canicoba Corral, y a un viejo y turbio entramado de intereses económicos cuya punta del iceberg salió recientemente a la luz.

Canicoba Corral fue designado juez por Carlos Menem. Se jacta de ser "más político" que su antecesor, lo que se tradujo en una extraordinaria capacidad para entretejer lazos con algunos empresarios y con el Poder Ejecutivo de turno al punto que, con él, todo pasó a ser negociable. Habría utilizado su cargo como trampolín para su fabuloso e injustificable crecimiento económico, al amparo de la más vergonzosa y descarada impunidad.

Como publicó LA NACION, la esposa de Canicoba, Ana María Tejada, desarrolló un negocio multimillonario como concesionaria de Aeropuertos Argentina 2000 para la explotación de un servicio de embalaje de maletas. Se desvinculó de esa empresa de envoltorios, Ipax SA, poco antes de que su marido sobreseyera a ejecutivos de Aeropuertos en una causa por supuesta defraudación al Estado. Canicoba intentó explicar que para ese momento su esposa ya no tenía vinculaciones con la compañía que le había otorgado la concesión. Agregó que ni siquiera era su esposa. "Nos casamos hace cinco o seis años", se justificó. Sin embargo, Tejada era para entonces la madre de sus hijos.

Esto revela el impropio ejercicio que este juez hace de su alta magistratura. Jamás debió intervenir en una causa que involucraba a empresarios responsables de concederle a la madre de sus hijos cuantiosos beneficios patrimoniales. Debió haberse apartado a fin de velar por que la imagen de la Judicatura no quedase afectada. No es posible suponer que quien tiene un interés indudable en que no se vean perjudicados los intereses económicos de alguien de su íntimo conocimiento y con quien convive, pueda ser el juez imparcial que la Constitución reclama.

La relación de Canicoba con la empresa de aeropuertos es llamativa porque, una vez que se retiró su mujer, desembarcó en el mismo negocio de embalaje un íntimo del juez, el abogado Guillermo el "Gordo" Scarcella, accionista de la empresa Wrapping. Canicoba admitió que conoce hace años a Scarcella, el exprofesor de tenis de fiscales y jueces que hoy es señalado como su operador, testaferro, socio y enlace con la política peronista. Reconoció que tiene una firma de...

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