Con escándalo y por un voto se frustró el intento de la oposición

para discutir el aumento de las tarifas de los servicios públicos. Insistirá la semana próxima con una nueva sesión, anunciaron sus voceros. El radicalismo y la Coalición Cívica, sabedores de que el oficialismo está acorralado, comenzaron a negociar con el Gobierno una iniciativa que atempere el impacto de las subas en los bolsillos de los consumidores.

La frustrada sesión de ayer tuvo ribetes de escándalo, cuando no de comedia. Pasada una hora de la convocatoria a la sesión, la oposición había reunido 128 legisladores en sus bancas; faltaba solo uno. El recinto reflejaba una postal inédita hasta hace poco: las tres vertientes del peronismo -el Frente para la Victoria; el Frente Renovador, de Sergio Massa, y el Interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores del PJ- se mostraron ayer unidos. A ellos se sumaron el PJ puntano de Rodríguez Saá, los bloques de izquierda, el diputado por Mendoza José Luis Ramón, y las santiagueñas Claudia Abdala y Norma de Matarazzo.

Faltaba uno. El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, había anticipado que levantaría la sesión a las 12 si no se reunía el quorum. El salteño Alfredo Olmedo, sentado en su banca no obstante ser un aliado del oficialismo, le reclamó a Monzó que la levantara, pues ya había finalizado el tiempo de tolerancia. Antes se le había acercado el diputado Pedro Pretto (Pro) para susurrarle algo. "No me llegó a decir nada (en alusión a Pretto) -explicaría luego Olmedo-. Yo le dije que se corriera, que quería pedir la palabra".

Pretto se retiró y Olmedo, desde su banca, exclamó que él rechaza el alza de tarifas, pero que se retiraría porque había vencido el tiempo de tolerancia. Se levantó, dejando a la oposición con 127. El kirchnerista Luis Basterra lo corrió fuera del recinto; fue en vano. Pero un minuto más tarde llegó, apurado y acomodándose su camisa, el diputado misionero Daniel Di Stéfano. Otra vez el tablero marcó 128. Pero el tiempo se había vencido: al mediodía, Monzó levantó la sesión.

"Lo que ocurrió fue un bochorno al peor estilo de la vieja política -bramó la diputada Graciela Camaño-. El diputado Olmedo se encontraba en el recinto, pero vino un diputado de Cambiemos, habló con él y se lo llevó. Claramente hubo una maniobra del Gobierno para evitar que el tema se trate en el recinto, pero nosotros vamos a seguir insistiendo".

En efecto, la oposición ya anticipó que volverá a la carga el miércoles próximo. Es más que probable que reúnan quorum; los...

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