Escándalo, golpes y freno a la investigación en Diputados

El sonoro cachetazo que le propinó la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño, al ultrakirchnerista Carlos Kunkel fue el corolario de un día largo, tenso y con aires de bochorno en la Cámara de Diputados por el caso de las supuestas presiones indebidas para aprobar el presupuesto 2011.En ese clima de escándalo entre oficialistas y opositores se resolvió el archivo de las tres denuncias sobre ofertas del kirchnerismo para conseguir los votos que necesitaba para que triunfara su proyecto.La crisis había estallado en la sesión del miércoles pasado en el recinto de la Cámara de Diputados, cuando las diputadas Cynthia Hotton (Valores para mi País) y Elsa Alvarez (UCR) advirtieron de viva voz que habían recibido presiones de oficialistas para que se levantaran de sus bancas y permitieran la aprobación del presupuesto. Las dos legisladoras no sólo ratificaron ayer sus denuncias en la Comisión de Asuntos Constitucionales, sino que revelaron los autores de esas presiones: Hotton acusó a la oficialista Patricia Fadel, vicepresidenta segunda de la Cámara, mientras que Alvarez mencionó a José Granero, jefe de la Sedronar, organismo a cargo de la lucha contra la drogadicción.La tercera denuncia correspondió a la diputada y jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que volvió a hablar de un acuerdo entre el oficialismo y un sector de la UCR -enrolado detrás de Ricardo Alfonsín- para facilitar la aprobación del presupuesto. Las palabras de Carrió provocaron el encendido rechazo de los diputados radicales y el repudio del resto de los bloques opositores, que la acusaron de gestar este escándalo con fines electorales.Pero el final con insultos y golpes agravó la conflictiva relación entre oficialismo y oposición en el Congreso. "Me arrepiento de lo que hice, pero no le pido disculpas a Kunkel", atinó a declarar anoche la peronista disidente Camaño, blanco de un aluvión de críticas kirchneristas.El capítulo siguiente de este culebrón es previsible: es casi imposible que el Congreso logre sancionar en tiempo y forma la ley de presupuesto 2011, por lo que el Gobierno deberá prorrogar la del ejercicio actual. El oficialismo, empecinado en no sincerar las proyecciones de inflación y de crecimiento del PBI, fracasó ayer en reunir quórum en el recinto. También fracasó la oposición más dura, ya que, por mayoría, la Comisión de Asuntos Constitucionales archivó las denuncias que había ventilado sobre supuestos favores para motorizar la...

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