'Ésta es una pequeña muestra del conurbano'

"La violencia a veces marca más que un gesto de caridad", indicó el párroco de la iglesia Santa Clara, Alberto Banegas, a LA NACION. "Lamentablemente, las situaciones que vivimos en la zona han llevado a que reine el miedo entre los vecinos", profundizó el cura. Además, destacó que en el barrio, las personas conviven con situaciones que se han vuelto cotidianas.

Delitos como el arrebato de celulares, carteras y zapatillas; el temor de los padres cuando sus hijos van al colegio; el manoseo a las mujeres en las paradas de los colectivos, y el narcomenudeo en las plazas o las avenidas principales del barrio son un fuerte desaliento para el párroco, quien busca la paz entre sus feligreces ante todo.

"He visto a hombres fuertes, que me aseguran que se paralizan ante un hecho delictivo, me confiesan que no pueden mover las piernas cuando ven un hecho de violencia, porque el temor los posee. Luego, sienten culpa por no haber hecho nada por la víctima", continuó, sincerando que no existe mucho que puedan hacer ante un hombre que está armado.

Alarmados, no armados

Banegas contó que durante los ocho años que vivió en el barrio, muchos de los residentes le dijeron que estaban considerando salir armados a sus trabajos o a buscar a sus hijos, con cuchillo o revolver. Sin embargo, el párroco los disuadió, argumentando que "las armas se hicieron para herir o matar, no para solucionar un problema". Además sostuvo que si todos nos armamos, al salir de nuestras casas, esto se va a converitr en una zona de guerra, y tendremos aún más problemas.

El barrio es una muestra pequeña de lo que se vive a diario en el conurbano. "Estamos muy sacudidos por el miedo, pero queremos comenzar a sanar heridas a través de la enseñanza y el...