¿Es el de Macri un gobierno para los ricos?

Corría el año 2012. Con el auspicio del gobierno porteño, entonces a cargo de Mauricio Macri, el gurú Sri Sri Ravi Shankar, fundador de la corriente espiritual El Arte de Vivir, brindaba una multitudinaria clase abierta en los alrededores del Planetario de Buenos Aires. Macri no sólo asistió al encuentro, sino que por esos días disertó junto al gurú indio sobre el tema "El amor a lo público". Allí puso de manifiesto sus ideas vinculadas con la relativización de las ideologías y la necesidad de terminar con la retórica confrontativa, en una elíptica referencia al estilo que signaba la gestión de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Una vez instalado en la Casa Rosada, uno de los primeros objetivos de Macri fue dejar atrás ese particular estilo K por el cual el líder debía empeñarse en construir poder mediante la generación de enemigos contra quienes había que librar una batalla cultural. El estilo M se caracteriza, en cambio, por un método introspectivo, que lleva al líder a escuchar críticas y a admitir errores, algo impensable en la última jefa del Estado. Tal diferencia se aprecia en el área más novedosa de la gestión macrista: la política exterior.

Hay en el actual gobierno un enfoque claramente distinto de las relaciones internacionales con respecto al de los Kirchner. Para el kirchnerismo, el mundo era una ocasión para fabricar enemigos y ponerlos al servicio de la política doméstica y de un relato con rasgos chauvinistas; para Macri, el mundo es una oportunidad para aprovechar el potencial existente en la relación con cada país. En la óptica de Cristina Kirchner, el mundo se nos había caído encima; en la de Macri, es la Argentina la que se cayó del mundo y la que debe volver a subirse a él, con un sueño no menor: convertirse en el país de moda por los próximos 20 años.

En ningún área el nuevo gobierno ha brindado en dos meses y medio tantas señales de cambio como en la política exterior:

La reciente visita del presidente François Hollande tuvo un sabor especial, no sólo por lo que Francia representa como referente cultural para muchos argentinos, sino porque le sirvió a Macri para desacreditar a quienes, con una intencionalidad meramente política y sin mayores fundamentos, pretenden asociarlo con el último régimen militar argentino. Es conocida la significación que tiene Francia por su defensa de los derechos humanos y por haber acogido a muchos exiliados en aquella lúgubre época de la historia argentina.

Por muchas...

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