Una épica de utilería para evadir una realidad insoportable

Un ilustrador francés, sesentón y desencantado, resentido con su mujer y perplejo frente a este mundo cruzado por las nuevas tecnologías, recibe un extraño regalo: su hijo lo anota para un "viaje en el tiempo", original servicio que brinda una compañía dirigida por un inefable realizador cinematográfico para clientes de alta gama. Esa peculiar empresa utiliza técnicas teatrales para reconstruir con exactitud momentos especiales de la historia y falsas veladas con personajes célebres. En base a una investigación, una meticulosa construcción de escenarios, alquiler de ropajes de época y la acción de actores y extras con guion ensayado pero abierto a improvisaciones, le cumple los sueños a gente que quiere pasar un fin de año con Hemingway o cenar en el palacio de María Antonieta . El ilustrador desdeña primero esa invitación, pero después entra en el juego y pide volver al día más relevante de su vida: hace cuarenta años conoció en el café "La Belle Époque" a su gran amor. La película, que se estrenó en Cannes, tenía dos estrellas maduras e irresistibles: Daniel Auteuil y Fanny Ardant , aunque la idea original era tal vez superior a su agridulce resultado. Pensé en ella muchas veces durante estos días turbulentos, cuando muchos simpatizantes kirchneristas que no vivieron el 17 de octubre de 1945, pero le rezan cada noche, se muestran realmente excitados con viajar en el tiempo y actuar por fin en una reconstrucción ficticia montada para la ocasión . Y para la impunidad de Cristina Kirchner . Recordemos, dicho sea de paso, que la primera vez se trató de una movilización popular -más modesta de lo que se contó luego- contra una dictadura fascista cuyo principal ideólogo había sido el propio Perón , y que esta vez se trata de una parodia violenta para salvar a un grupo venal y alzarse contra el estado de derecho . Todo esto, sin ánimo de arruinarle el sueño a nadie.

La monarca de la calle Juncal, que tiene coronita, no trepida en arrastrar a todo el justicialismo para salvar el pellejo puesto que su proyecto siempre ha sido unipersonal

Aunque resulta de candente actualidad, este procedimiento mental de restauración apócrifa se viene repitiendo desde hace décadas: el relato es épico y se incentiva como liturgia; a eso hay que añadir la mala conciencia ( yo no hice nada entonces y ahora me arrepiento ) y lo que Sabina definió con un verso antológico: " No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás sucedió ". Es así como para quienes no...

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