De cómo entrar en la historia, haya o no clásico

El que haya imaginado por un instante que una final de Palermo perdería atractivos por el sólo hecho de no tener el clásico que todos esperábamos, se equivocó. Y en esto excluimos esa cuestión de si quedarán o no entradas. Por supuesto que el entorno es parte relevante, pero la verdadera historia, la que importa, estará dentro de la cancha. ¡Y vaya si será trascendente!Porque el 120° Campeonato Argentino Abierto se apresta a vivir una definición que entrará en los libros. Por la posibilidad de que La Dolfina consiga algo que le falta a su rico historial desde que entró en escena, allá por 2000: la Triple Corona. También por lo que representa la presencia en el último día de competencia de Alegría, la revelación de 2013, ya instalado entre los tres mejores equipos del mundo, desafiando toda lógica, pero con total merecimiento. Por la chance de que un monstruo de todos los tiempos como Adolfo Cambiaso obtenga su Palermo N° 10, un número que lo identifica como a nadie. Por la circunstancia de que un patrón, soñador y gran jugador, como Fred Mannix, se consagre en La Catedral. Por la ilusión de tres almas que vivirán por primera vez un día único, inolvidable, como lo es disputar el partido más importante de este deporte: además de Mannix, los privilegiados son Hilario Ulloa y Polito Pieres, el hombre que asombró con su fenomenal irrupción entre los cracks.Es probable que muchos se hayan quedado con ganas de ver la que hubiese sido la 7a final consecutiva en el Abierto entre La Dolfina y Ellerstina, sobremanera después del impacto que provocó la consagración de la Z en 2012. Pero también es cierto que a este polo tan poco afecto a las renovaciones le hace bien tener una cara distinta, fresca, como la de Alegría. Equipo que no llegó de casualidad a este día tan especial. Se lo ganó en la cancha, con un polo de alto vuelo, mucha garra, actitud, estudio de los rivales y deseos irrefrenables de hacer ruido del grande. Ya lo logró. Aunque no se conforma. Quiere más.Para La Dolfina también es una jornada particular. Porque afrontará dos desafíos en uno. Desde aquel golpe del año pasado, una vez digerida la bronca, se propuso ganar todo. "Nos dejaron calentitos", admitió no hace mucho Pelón Stirling. Y salió dispuesto a eso desde Tortugas, el torneo del cual renegaba y que tuvo el orgullo de adjudicarse por primera vez hace dos meses. Era extraño que La Dolfina, un club ganador por naturaleza, no figurara en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR