El 'ensayo y error' tiene límites concretos

Eugenio Burzaco no es un improvisado en materia de seguridad y difícilmente se le pueda achacar desconocimiento en el área que maneja. Pero sus declaraciones a un diario misionero sobre la posibilidad de que argentinos hayan recibido instrucción del terrorismo fanático y medieval del Estado Islámico (EI) en Siria o Irak sonaron, al menos, imprudentes para un sector del Gobierno, que lo obligó a una rectificación para bajarle el tono a sus palabras.

Fue otro capítulo de la política de "ensayo y error" que el Gobierno se ufana de utilizar, en los hechos y también en materia comunicacional. "Nos equivocamos, y rectificamos, no como el gobierno anterior", afirman en Balcarce 50, y es cierto. Pero también es cierto que polemizar por la baja de la inflación o el número final de los desaparecidos puede despertar polémica y hasta indignación. No es siquiera comparable con el impacto interno y global que puede tener la denuncia sobre el ingreso al país de un presunto terrorista (anunciado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, luego desmentido) o instalar la idea de que el grupo terrorista más cruel que se conozca, responsable de sangrientos atentados en distintas partes del mundo, tiene una base o contactos entre nosotros. A veces el "error" es una metida de pata, no un aprendizaje.

Alguien "aconsejó" ayer a Burzaco explicar sus palabras e intentar evitar lo inevitable...

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