Enredado y apurado, se queda sin argumentos

S ANTA FE.- Demasiado avanzado está el torneo y mayores son las responsabilidades a estas alturas como para que River se permita desperdiciar oportunidades como la de ayer. Si bien en su tránsito por las 14 fechas fue un equipo que en pocas ocasiones ofreció plenas garantías, el empate 2-2 con Unión, un rival que podría descender la próxima jornada aun sin jugar su partido, transmitió señales confusas para encarar el tramo decisivo del certamen. Este River sigue sin ponerse los pantalones largos en un momento de la temporada que demanda madurez, firmeza y capacidad.Enredado, desorientado, apurado anduvo River, que extrañó a sus líderes, los generales en el campo de batalla que tiene Ramón Díaz para que se cumpla lo que pregona desde el discurso: pelear hasta el final. La ausencia de Ledesma reflejó la escasez de pausa, de prolijidad para el armado ofensivo. El Lobo, con 34 años, es el futbolista que mejor interpreta el mensaje del entrenador; también ordena al resto y provoca que compañeros como Rojas, Lanzini o Vangioni crezcan, se destaquen. Su reemplazante, Cirigliano, tiene otras características: el ímpetu de la juventud lo llevó a cometer errores, que repercutieron en la defensa, una línea que había ganado cierta solidez -esa que insinuó con la aparición del colombiano Álvarez Balanta- y ahora volvió a depender exclusivamente de la seguridad que le brindan las manos de Barovero. El arquero fue determinante para sostener a River en el desarrollo y en la puja por el título, después de atajarle un penal a Franzoia, con el resultado 1-2.El tándem compuesto por Mercado-Sánchez, por la derecha, fue el lugar elegido para que Unión desnivelara. Ahí se posicionó Franzoia, autor del primer gol, después de imponerse con velocidad y gambeta. Y cuando cambió de sector, el delantero combinó con Cavallaro, que generó la acción más destacada de la tarde, y estiró la ventaja a 2-0. Tampoco los centrales, en especial González Pirez, expulsado por repetición de infracciones, enseñaron recursos para controlar el peor pasaje del equipo.Unión, que no ganó en los siete encuentros anteriores, tuvo ingenio para lastimar y, mientras el físico de sus jugadores se lo permitió, manejó el ritmo, impuso las condiciones en las que se jugaba.Nombre contra nombre y por actualidad, Unión no podía empezar a competir frente a River. Pero cuestiones menos glamorosas como el sacrificio para ir por cada pelota y la convicción para no sentirse menos que nadie le entregaron el plus del que...

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