El enigma de un diciembre calmo

A la pregunta de por qué termina tan tranquilo el peor año desde la hecatombe 2001/02 no hay una sola respuesta, sino varias.Diciembre no perdona desde el fatídico último mes del año en que tuvo que tomarse el helicóptero. Y tampoco suele hacer distingos ideológicos. Así como lo tuvo bien negro y luctuoso en el fin de año de 2013 con revueltas policiales y 14 muertos, lo que no le impidió tocar el tambor como si nada en la Plaza de Mayo sin que los sectores autodenominados progresistas se rasgaran las vestiduras como ahora lo hacen ante el menor requiebre oficialista, también lo padeció , después de dos diciembres en paz (los de 2015 y 2016), el año pasado, con las 14 toneladas de piedra y las batalles campales frente al Congreso.Pero ahora la inesperada placidez subleva a los espíritus más levantiscos que manifiestan su perplejidad, en modo de tosca desesperación, sin medir siquiera las peligrosas consecuencias que puede acarrearles política y hasta judicialmente. Es el caso del imprudente tuit de Gabriela Cerruti. "Si Buenos Aires es la París de Sudamérica -escribió-, hoy deberíamos estar todos con chalecos de algún color rompiendo todo hasta que den marcha atrás con el aumento del transporte y la luz".Aparte de su desopilante trauma con el amarillo, por ser distintivo de Pro (prefiere hablar de "chalecos de cualquier color"), su brutal incitación a la violencia es doblemente grave ya que no se trata de una persona anónima e iletrada, sino de un miembro de la "Honorable" Cámara de Diputados de la Nación. Extraño que ningún fiscal haya actuado de oficio. Aparte de generarse un horrible autobullying, ya que en las redes sociales suelen masacrarla tras sus cada vez más frecuentes exabruptos, Cerruti ni siquiera toma el ejemplo de su líder máxima, Cristina Kirchner, que, por el contrario, atraviesa la honda recesión con táctico silencio. No lo hace de buena ni por lástima a un gobierno que la tiene bien difícil en lo económico (y que demasiado seguido parece echar más nafta al fuego, como fue el anuncio en un mismo día de los megaaumentos en servicios y transportes, y la imposición de gravámenes a plazos fijos y otras inversiones financieras preferidas por las clases media y alta).La expresidenta parece comprender que para mantener cierta aptitud electoral debe abrir lo menos posible la boca para no ser, por contraste, más funcional a los designios oficialistas que a los propios. Por eso, , el líder de los movimientos sociales, que...

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