Japón enfrenta el descomunal desafío de la reconstrucción

KASHIMA, Japón.- El terremoto dejó el camino que conduce hasta el puerto de Kashima como un bandoneón. La escenografía en esta zona industrial, hasta hace muy poco pujante, unos 100 kilómetros al norte de Tokio, es sepulcral: fábricas cerradas, chimeneas apagadas, portones con candados y barcos encallados que hacen equilibrio a varios metros de la costa. Casi no transitan vehículos y los únicos obreros son los que recomponen el tendido eléctrico y las grietas en el asfalto."Kashima depende de su puerto. La reparación de todo esto no puede demorarse", señala Eiki, uno de los operarios de la compañía de energía Tepco. Partida el alma que la mantenía vibrante, hoy esta ciudad languidece.El urgente desafío de Kashima es el mismo que el de decenas de ciudades y pueblos de la costa nordeste de Japón, los más afectados por el poderoso sismo y el tsunami del 11 del actual, que a pesar del drama que aún viven cientos de miles de damnificados ya pusieron en marcha la que será la reconstrucción de un desastre natural más costosa de la historia mundial.La necesidad de volver a poner de pie a pueblos enteros; reparar viviendas, puertos, carreteras y plantas de energía, y crear planes para infraestructura a prueba de nuevos desastres demandará un esfuerzo de por lo menos cinco años, según especialistas. Y las estimaciones del gobierno ya apuntan a un costo de 310.000 millones de dólares, superior al que preveía el Banco Mundial, y casi el triple de las pérdidas que dejó el devastador paso del huracán Katrina por Estados Unidos, en 2005.En varias de las zonas más afectadas, las autoridades japonesas no perdieron el tiempo. En Naka, en la prefectura de Ibaraki, los trabajos para reparar los inmensos cráteres en un tramo de la autopista que la conecta con Tokio empezaron sólo seis días después del sismo. Anoche, ya había sido reabierta al tránsito. Además, aunque todavía hay muchas vías dañadas, los trenes vuelven a operar de a poco en el Norte y tiende a normalizarse el suministro de combustibles."Hasta hace unos días las colas en las estaciones de servicio duraban horas -dice Yusuke, un taxista, en el centro de Kashima-. Ya no más."El desafío para Japón es descomunal. Unas 270.000 personas continúan evacuadas en refugios, 760.000 hogares siguen sin acceso a agua corriente y 225.000 están sin electricidad. El número oficial de muertos subió a 9079, y no declina el esfuerzo de los rescatistas para encontrar con vida a alguna de las 12.645 personas que siguen...

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