Energía: hay que volver a la realidad

Al próximo gobierno le espera una ardua tarea, cambiar el rol actual del sector energético, hoy una pesada mochila para la economía, para que sea un factor clave en el desarrollo y la generación de divisas. Deberá reparar entonces las consecuencias de 20 años de kirchnerismo signadas por mala praxis, intervencionismo, corrupción y vaciamiento del sector. Para ello, el futuro gobierno tendrá que conducirlo con mente abierta y atendiendo al contexto internacional de la industria, ámbito donde deberá interactuar en lo sucesivo.

Existen factores exógenos a considerar, como los compromisos emergentes del calentamiento global y un par de hechos disruptivos: la invasión rusa a Ucrania y el reordenamiento geopolítico.

El tema ambiental es una de las asignaturas globales a tener presentes, en particular su capítulo sobre el calentamiento. La sociedad mundial ha asumido que uno de los factores antropogénicos que más influyen en ese incremento térmico es la emisión de CO2 a la atmósfera. Como el principal subproducto de la combustión de los hidrocarburos -carbón, petróleo y gas- es el CO2, entonces la consigna imperante es reemplazar la energía de origen fósil, que hoy abastece a la humanidad en un 80%, por energías no contaminantes.

Esa decisión, de alcance global, le fija a la demanda de hidrocarburos un horizonte acotado a 40/50 años, que es el límite más aceptado para la transición energética hacia el " net zero ". Se inicia en consecuencia una disputa frenética en la oferta para colocar producción en ese acotado período de tiempo donde el valor de los hidrocarburos decrecerá en proporción directa a la velocidad de incorporación de energías limpias.

El gas natural es el hidrocarburo que más se utilizará durante la transición energética, por emitir en su combustión menos CO2 que los restantes. Tanto es así que la taxonomía ambiental de la Unión Europea lo considera "verde" cuando reemplaza al carbón, que hoy constituye el combustible fósil más utilizado para producir electricidad en China y la India y varios países de Europa.

Si recordamos que nuestro país contiene el segundo recurso shale ga s a nivel mundial y que las petroleras que lo están explotando en Vaca Muerta lo están haciendo con una productividad comparable a la del principal productor de shale , los Estados Unidos, resulta obvio hacia dónde debe apuntar la política energética argentina, no solo la del próximo gobierno, sino la de los diez que lo sucedan: hacia una decidida y firme...

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