Un encuentro pactado, un hincha muerto

MADRID.- Las mejores ligas del mundo también sufren a los violentos. El fútbol de España vibra con la clase y la jerarquía de futbolistas de la talla de Messi y Cristiano Ronaldo, pero también es víctima del salvajismo de los ultras. Poco más de tres horas antes del comienzo del partido, fanáticos de Atlético de Madrid y La Coruña protagonizaron una feroz pelea en las cercanías del estadio Vicente Calderón, que dejó como saldo un muerto, 11 heridos, 21 detenidos -seis de ellos con antecedentes por lesiones, robos con violencia, daños y desórdenes públicos- y 90 personas identificadas. La policía confirmó que Francisco Romero Taboada, "Jimmy", de 43 años, miembro de la facción los Riazor Blues, fue el nuevo nombre que engruesa la lista de la sinrazón.

Romero, padre de un niño de cuatro años, fue golpeado y lanzado al río Manzanares y rescatado por una unidad de buceo de bomberos del Ayuntamiento de Madrid, y murió tras sufrir un traumatismo craneoencefálico e hipotermia, según afirmaron fuentes del hospital Clínico de Madrid, adonde llegó en precarias condiciones. Entre los hinchas heridos, tres fueron por armas blancas; tres con lesiones inciso contusas en el cráneo, uno con trauma facial, tres con contusiones leves. El restante pertenece a la policía nacional y sufrió la fractura de una falange de un dedo de la mano.

El enfrentamiento armado habría estado pactado a través de las redes sociales o WhatsApp, aprovechando que la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte declaró al partido de bajo riesgo. El grupo de Frente Atlético es de extrema derecha, mientras que los Riazor Blues, de La Coruña, de izquierda. De la batalla, testigos señalan que participaron alrededor de 180 personas; los informes policiales indican que también incluyó a miembros de Alkor Hooligans (del club Alcorcón) y Bukaneros (de Rayo Vallecano), ambos en apoyo de los visitantes, aunque estos últimos difundieron un comunicado asegurando que ninguno de sus seguidores estuvo en la batalla.

Según la reconstrucción, los seguidores del Frente Atlético esperaron el arribo de los ómnibus procedentes de Galicia, armados con palos, armas blancas, barras de hierro y botellas. Las cantidad de ultras a hora temprana y el desfile por el Paseo de los Melancólicos fueron un presagio de la batalla que se desataría más tarde.

"Es uno de los días más tristes del fútbol español en los últimos años. Un hecho deleznable y condenable. No lo...

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