Emprender puertas adentro en busca de la innovación

Los términos corporación y emprendedores parecen a simple vista incompatibles. El primero remite a algo grande, burocrático y poco flexible; mientras que el segundo se asocia a creatividad, inventiva y flexibilidad. Pero el desarrollo emprendedor no es materia exclusiva de quienes quieren trabajar por su cuenta, dentro de las empresas, estas habilidades son valoradas y fomentadas en búsqueda de la innovación y el crecimiento.El concepto de emprendedor corporativo o intrapreunership comenzó hace décadas en Estados Unidos y se fue expandiendo. "La innovación no debe llegar solo por los canales formales de investigación y desarrollo. Muchas veces surgen de las áreas comerciales porque son quienes están más en contacto con los clientes", dice Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship de IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral.Más allá de las habilidades, la académica destaca que es importante que las compañías hagan una transformación interna para generar el ámbito organizacional donde sean escuchados los emprendedores. Flexibilidad, líderes que promuevan las nuevas ideas y comunicación son algunas de las claves. Si la empresa es muy estructurada, puede suceder que los empleados se vayan y crean pequeñas empresas que luego se vuelven la competencia.En el caso de las pequeñas y medianas empresas, Torres Carbonell señala que si bien nacen como emprendimiento, es muy importante que no dejen de serlo por la concentración de sus dueños, que muchas veces deja poco espacio para la creatividad y la iniciativa del personal.Los libros de management citan a 3M como uno de los mejores ejemplos de empresas que favorecen los emprendimientos corporativos en todos los niveles. Allí los empleados tienen la "regla del 15%" que permite utilizar este porcentaje de sus horas laborales para la generación de nuevas ideas. También internamente le llaman el undécimo mandamiento a la premisa: "No matarás una idea".Gracias a políticas como las mencionadas, surgieron productos en muchos de los segmentos en que está 3M, como el famoso Post-it y el protector de superficies Scotchgard.También la cinta de enmascarar, que se le ocurrió en 1925 a un empleado cuando visitaba la fábrica de Ford y se dio cuenta que necesitaban un adhesivo más liviano para un acabado más eficiente en autos de dos colores. Pese a que los jefes desalentaron la idea en un principio y que no estaba en sus tareas investigar adhesivos, siguió adelante con el...