Empleo público: pese a las restricciones, el Gobierno apela a la creatividad para aumentar la burocracia

Reunión de Gabinete

Pese a que en la Argentina se discute todo, hay una verdad que nadie podría poner en tela de juicio: no hay manera de tapar el sol con la mano. Es un imposible. Algo similar podría decirse con el empleo público: no hay manera de frenar el ingreso constante de nuevos empleados o funcionarios que llegan, se acomodan y, muchos de ellos, permanecen por años más allá de una gestión.

El Boletín Oficial se ha convertido en una publicación prácticamente dedicada a los recursos humanos del Poder Ejecutivo . De acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), desde fines de junio, cuando la entonces ministra Silvina Batakis decretó la prohibición de contratación, y hasta septiembre (último dato publicado) se sumaron 5600 empleados a la administración pública nacional. Si se mira algo más lejos, la planta creció 4,77% entre diciembre de 2021 y septiembre de 2022.

Por estos días, los ministerios han encontrado una nueva manera de evadir la norma: crean "unidades ejecutoras especiales temporarias" y nombran más funcionarios.

Como se dijo, el Boletín Oficial es casi una libreta de recursos humanos del estado nacional. Una bacanal de cargos, ascensos, contratos, creación de funciones, organigramas nuevos y extensiones de plazos. Maravillas burocráticas que paga el Tesoro en medio de una prohibición para aumentar la planta permanente que, aunque parezca una quimera, está vigente.

Cuando la lupa se posa sobre cómo se ha movido esta variable, pues todo es expansión. Siempre según el SIPA, el empleo estatal creció 4,77% entre diciembre de 2021 y septiembre de 2022 mientras que el privado, que no tiene restricción en la contratación, lo hizo 7,3%. Ahora bien, en 2021, el sector privado aún estaba afectado por las consecuencias de la pandemia por lo que la comparación es contra una base más baja.

Sin embargo, el trabajo en el Estado es rígido y no se comportó con la estacionalidad que sí afectó al privado. Así y todo, el crecimiento fue de casi 5% neto .

Si el mojón se coloca algo más atrás, pues desde que asumió el presidente Alberto Fernández, pues los dependiente del Estado, de sus agencias o de las empresas estatales aumentaron 5%, mientras que el sector privado tuvo un crecimiento de 3,83%.

Solo para tener una referencia, estos números corresponden a la llamada Administración Pública Nacional, que además de los tres poderes incluye a los organismos descentralizados y las empresas públicas. Pero el punto es más...

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