Los Emmy y la era de oro de las series

A veces los premios son la suma de sus partes: la alfombra roja, las estrellas y sus vestidos, los comentaristas de moda de uñas afiladas, la alegría de los ganadores y la decepción mal disimulada de los perdedores. Sin embargo, la ceremonia de entrega de los Emmy, los premios con los que la Academia de Televisión de Hollywood destaca lo mejor de la producción norteamericana, este año serán mucho más que esa glamorosa acumulación. Porque desde que se anunciaron los nominados para la fiesta -hoy, en el Microsoft Theater, con transmisión de Warner Channel, desde las 19.30- quedó claro que algo más se escondía detrás de las listas de programas y candidatos. Entre menciones sorpresivas, reparaciones históricas y nuevos jugadores, los protagonistas de esta noche ayudarán a darle forma definitiva al cambiante presente de la pantalla chica, y hasta anticiparán el futuro de la que todavía no llegó, pero está cada vez más cerca.

Game of Thrones, la fórmula imposible. El programa más visto, el más pirateado, el que miran todos al mismo tiempo desde cada rincón del planeta, el trending topic global e instantáneo. La serie de HBO basada en las novelas de George R. R. Martin es indiscutiblemente una de las ficciones más arraigadas en la cultura popular de los últimos años, la que sostiene las señales de cable premium frente a la embestida de las plataformas de contenidos y es también una de las series más premiadas de nuestros días. El visto bueno del público y también el de los críticos: el Santo Grial del mundo del entretenimiento. Porque un programa puede tener rating pero eso no le garantiza los galardones y las estatuillas doradas no se traducen automáticamente en mayor cantidad de espectadores. De hecho, durante mucho tiempo, los dramas más ganadores apenas sobrevivían como fenómenos de nicho: ni todos los Emmy del mundo consiguieron que Mad Men fuera algo más que eso en términos de medición de audiencia.

Parecía que el mejor programa debía conformarse con serlo y el más visto no pretender alcanzar el reconocimiento de los premios. Hasta que llegaron las historias de Westeros, los Stark, el invierno, la madre de los dragones y todo lo demás. Que no sólo lograron la alquimia de transformar el hierro en oro sino que además lo hicieron desde un género que la Academia de la TV suele ignorar sin culpas. La fantasía, parece, podría ser la gran salvadora de la pantalla chica. La lección es tan clara como las 23 nominaciones que recibió este año el...

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