De Emilio Disi a Inda Ledesma, una actriz que habla de identidad

Existe un universo paralelo en el que están unidos Inda Ledesma y Emilio Disi: es el currículum de Susana Di Gerónimo. Una fue su maestra, colega y amiga, para quien escribió y fue dirigida, por ejemplo, en el Teatro Nacional Cervantes; el otro fue su director en Brigada Cola y los Superhéroes, cuando encarnó a la Reina del Mal en el Teatro Ópera. Si en la variedad está la diversión, la señora que no cedió al recorte de apellido se divierte muy seriamente. Actriz, directora, autora, psicopedagoga y docente, Susana nunca paró de trabajar y sabe que la fama puede ser tan efímera como la espuma de la cerveza."Aun cuando hacía televisión, en alguna tira de Quique Estevanez o la mala de Chiquititas, tuve más popularidad por una publicidad, la de 'Elsa Bor de Lencuentro', tremenda. Es tan aleatorio, del lugar menos esperado, pasa. Ni siquiera depende de una. A lo mejor, de casualidad vas al programa de chimentos con más rating y explota. Pero si no se sostiene con trabajo continuo y con prensa, se olvida. No hay que creerse ni un extremo ni el otro", dice Susana, que no niega que le encantaría llenar teatros. "Hay que reconocer el propio deseo y llevarlo adelante, y no esperar el reconocimiento del otro, eso es lo que importa. Tengo y siento el respeto de los pares, un prestigio, los alumnos y un grupo de gente que me sigue a todas partes", dice la protagonista del unipersonal que desde febrero llena los domingos en el espacio Tadron: La cajita de jaspe, escrita para ella por Patricia Suárez y dirigida por Herminia Jensezian."Me gustan mucho los unipersonales. Hice varios y con Herminia ya había trabajado en otro: El viaje de una Lady (sobre textos de Willliam Shakespeare y Griselda Gambaro). Es un viaje interno hasta la infancia, a partir del hurto de un perfume. Idea de la directora fue la puesta en un no-espacio, sin nada de dónde agarrarse, pero tengo imágenes muy vívidas y se vuelve creíble para mí. Lo verdadero, lo oculto, empieza a fluir cuando ya no se puede sostener más lo armado. Me potencia que el público haga conmigo ese tránsito emocional", dice la actriz que, apenas con la cartera colgada del brazo y una mesita a un costado, se mueve en un rectángulo cercado por miradas incrustadas en su cuerpo desde los cuatro lados."Los actores tenemos técnicas para entrar y salir de los personajes. Pero hay algunos que demandan una entrega emocional particular y me cuesta bajar de esta señora de La cajita de jaspe", dice sobre el viaje impensado...

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