Las embarazadas pueden elegir la luz, la posición y hasta la música de fondo

Sus salas de parto son muy distintas de las de cualquier maternidad convencional. Al entrar, la primera sensación es la de un ambiente muy íntimo y cálido. La luz es tenue, hay un suave color rojizo en las paredes y un montón de elementos que no se ven en otras instituciones. Todo está dispuesto para que las "usuarias" (como denominan a las futuras madres) puedan elegir cómo parir. Pueden hacerlo paradas, agarradas a unas telas llamadas lianas, sentadas en un banco especial, sobre una pelota inflable (como las de pilates) o en cuclillas.

Se trata de la Maternidad Estela de Carlotto (MEC), un hospital maternal público provincial de baja complejidad ubicado en el partido de Moreno, que fue creado en 2013 en línea con la ley nacional de parto respetado. Se convirtió en cinco años en ejemplo y modelo a seguir: lograron reducir al máximo las prácticas invasivas, bajar la tasa de cesáreas y poner el foco en el deseo de las mujeres, sus bebés y las familias.

Su eslogan es "Nacer mejor es vivir mejor". Por eso, "las mamás pueden elegir cómo, dónde y con quién parir, siendo acompañadas por el equipo de salud durante todo el proceso del nacimiento", explica Eduardo Fernández, obstetra y director ejecutivo de la maternidad.

Además, si las mujeres quieren, es posible poner una música tranquila en cualquiera de los equipos que hay en los cuartos o incluso prender sahumerios. Pueden presenciar el parto no solo el padre, sino también otros familiares, siempre que no desborden el espacio.

El diseño sigue el modelo de Unidades de Trabajo de Parto, Parto y Recuperación de la Mujer (UTPR), en las que todo el proceso ocurre en un mismo lugar y donde la mujer y sus acompañantes se quedan desde el momento del parto y dos horas después en recuperación y conexión con su bebé.

Realizan 1600 partos por año (están preparados para, en un futuro, asistir hasta 3000) y con indicadores muy exitosos, como el promedio anual de 11% de cesáreas, que no se replica en ninguna otra institución del país. Para lograrlo, Fernández señala que fue muy importante el rol de las parteras. "El proceso de puesta en marcha fue muy interesante: todos los profesionales tuvieron que desaprender lo aprendido y capacitarse en esta nueva modalidad", destaca.

"Todo el proyecto se delineó sobre la base del Manual de la Maternidad Segura y Centrada en la Familia (MSCF) y lo tomamos como nuestra guía", explica el obstetra. Se trata de una guía elaborada por el Ministerio de Salud financiada por...

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