Elogio del trabajo

"El trabajo es el alimento del alma", me decía mi madre en idioma árabe, con persistencia religiosa. Crecí oyendo esa frase. Cuando era niño me resultaba incomprensible, en la adolescencia me parecía irritante, en mi juventud comencé a percibir su sentido, y fueron los avatares de la vida los que la llenaron de profundidad.Disfruté y sufrí trabajando. Sentí alegría y angustia. Pero sin dudas, los múltiples empleos que he tenido me han forjado.Tengo el honor de haber trabajado mucho, desde chico. En todas las posiciones aprendí algo, conocí a alguien interesante, descubrí un aspecto no develado de la realidad, pero sobre todo pude vivir la creciente sensación de ser útil, de aportar a la gloria de la creación de valor, a la sensación indescriptible de poder resolver algo.Por eso siento un especial compromiso por contribuir a recrear una sociedad conPara generar trabajo se necesitan al menos tres cosas: a) saber hacer algo útil de un modo eficiente; algo que satisfaga la necesidad o el deseo de otra persona; b) que una organización (empresa, estado, etc) disponga de los elementos materiales para que ese saber hacer pueda desplegarse; c) que un marco regulatorio razonable permita vincular (con utilidad para ambos) a quienes pueden hacer las cosas, con las organizaciones que disponen de los medios materiales.En síntesis:El trabajo nos exige, hay que prepararse, corresponde aprender, estudiar, ensayar, practicar. Necesitamos todos reentrenarnos para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR