Con elegancia o traje de bombero, River sueña en grande

Pinta de campeón no le falta a River, aunque desconcierte con los cambios de vestuarios. Porque en varios pasajes tuvo facha de equipo elegante, prolijo, bien trazado. Pero en los últimos 20 minutos se le notaron las costuras, empezó a deshilacharse y necesitó que Chichizola se pusiera el traje de bombero para evitar un incendio que podría haber convertido en cenizas las ilusiones por el título. Con un ropaje u otro, River se metió de lleno en la pelea del campeonato como no lo había logrado desde el ascenso.En el primer torneo de Ramón, el Final 2013, River se arrimó con pretensiones hasta la 16a fecha, cuando una derrota 2-0 contra Argentinos lo sacó de carrera. Ahora, a falta de dos jornadas, River recuperó anoche el terreno cedido en Bahía Blanca y pasó a depender de sí mismo al alcanzar la línea del puntero Gimnasia.Los pronósticos son relativos y pueden ser tan cambiantes como lo visto en el Monumental. Porque River estuvo en situación de ganar sin angustia ni sufrimiento. Como a todos los equipos de este certamen, no le sobra autoridad futbolística, pero sí confía mucho en sus posibilidades, encontró una estructura colectiva y las variantes circunstanciales (Chichizola, Villalva, Kranevitter, Funes Mori) para ser competitivo y respetado. Este último aspecto no es insignificante. La decadencia de los últimos años llevaron a que cualquier rival se le animara para vivir sus 90 minutos de fama. Un grande venido a menos al que muchos le daban un tarascón de su prestigio. River está reconstruyendo una dimensión de club y de equipo más acorde con su historia. La obra está en marcha, resta saber si lo hará de manera más rápida o lenta.Lo importante es que insinúa haber encontrado un rumbo, algo de lo que no puede vanagloriarse Racing, que parece reclamar un fin de torneo, porque en el actual sólo acumula decepciones y preocupaciones. Es cierto, pudo haber empatado, lo cual habría sido una cortina momentáneamente heroica, detrás de la cual se hubiera ocultado lo sustancial: una producción empequeñecida por la falta de ambición, por un planteo retrasado, por la carencia de jugadores con un buen nivel, que transmitieran algo más que conformismo por un empate.De arranque, por querer ser paciente, River pecó de lento, de previsible. Le facilitaba el trabajo a Racing, que se hacía fuerte en la defensa del juego aéreo. Con Carbonero con menos dinámica de la que venía mostrando, River no terminaba de...

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