Elecciones apacibles y un terremoto político al abrir las urnas

Para la gente, votar siempre es una fiesta. La alegría y el buen humor fueron el denominador común de la jornada de ayer en los cuatro puntos cardinales. Un domingo atípico, mucho más trajinado, pero de buen clima invernal y con una electricidad muy particular que atravesaba las calles, como suele suceder en las grandes jornadas electorales.Generacionalmente, los más veteranos prefirieron votar temprano; las familias se inclinaron por el mediodía, para pegar la votación con el programa de ir a comer afuera, y muchos jóvenes cayeron tarde, incluso al filo del cierre de la votación. Lindo gesto que en no pocas mesas los chicos que debutaban en las urnas fueran aplaudidos por los fiscales. A la tarde, como siempre, la guerra de nervios, bocas de urna cruzadas, chicanas, euforias y depresiones prematuras, con las redes sociales al rojo vivo como cable a tierra.Ya antes de las 18, la TV y la radio a full, con los periodistas estelares de cada señal en sus respectivas trincheras, hablaban en clave para no violar la norma que impedía dar información sobre resultados antes de las 9 de la noche. C5N, que en 2015 se precipitó con un "ganó Scioli", que finalmente no fue, se mostró más cauto, pero mostraba con picardía imágenes panorámicas de Puerto Madero, el barrio donde vive Alberto Fernández, en tanto que en Crónica preferían videographs del tipo "Argentinos le gana a Boca", en alusión a los clubes de fútbol preferidos de los candidatos principales, en tanto que en TN había caras más circunspectas.Votar siempre tiene bastante de mundial de la democracia, en el que cada uno toca un poco la pelota y eso llena de orgullo a cualquiera. No es para menos: todos jugamos ese partido crucial y esa feliz responsabilidad -en un país en el que durante muchos años no se ejerció ese derecho cuando no imperaba la democracia- se advertía ayer tanto en los que entraban por primera vez al cuarto oscuro como en personas de la tercera edad que, aun relevadas de la obligación de sufragar, fueron a votar. Todo se desarrolló con normalidad, salvo el altercado que tuvo el gobernador formoseño, Gildo Insfrán, con una fiscal por haber ido a votar sin su documento de identidad.Aunque sabíamos de antemano que se trataba en verdad de un gran ensayo general, todos -y en este punto no hubo grieta alguna- votamos como si fuera la última vez: unos, para ratificar el rumbo establecido por el gobierno de Cambiemos; otros, para rectificarlo y restaurar al kirchnerismo en el poder, en...

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