Una elección rodeada de varios enigmas hasta el final

La Argentina celebrará el domingo los comicios más misteriosos de su historia. No sólo porque podría inaugurarse la excéntrica ecuación del ballottage. Hay más enigmas. Uno es que el peronismo oficial está siendo amenazado en su principal ciudadela, la provincia de Buenos Aires. También es extraño que la fractura política que se registró en los últimos diez años no se haya proyectado a lo electoral.

La polarización en la que confiaban y no terminó de desatarse. Al primero le cuesta evitar el ballottage. Al otro, provocarlo.

No hay forma de resolver estos acertijos antes del domingo. Pero sí se pueden identificar los nudos de los que depende el resultado. Algunos son territoriales. Una clave anida en Córdoba. Allí, obtuvo 635.000 votos, el 33% del total, durante las primarias del 9 de agosto. Ese caudal está ahora disponible porque De la Sota no compite. ¿Adónde irá? Quienes conocen la conducta electoral de los cordobeses calculan que aliado del candidato ausente, sacaría un 17 por ciento. Macri, apoyado en la simpatía de los chacareros, llevaría el 35% que obtuvo Cambiemos en las primarias al 45 por ciento. Y Daniel Scioli podría agregar seis puntos a su 14%. Es el equivalente al 0,5% del padrón nacional. Muchísimo para una competencia que se define por milímetros.

El Norte es otro arcano. ¿Podrá Scioli mejorar allí su excelente performance? En agosto obtuvo una diferencia de 1.400.000 votos. Pero sus estrategas estudian con preocupación algunas situaciones. Por ejemplo, el temor a que el escándalo de las elecciones tucumanas deteriore al Frente para la Victoria en esa provincia. No en vano Macri postuló a la víctima del fraude, José Cano, como ministro de Salud. La insistencia de Scioli en visitar Jujuy es otro detalle sugerente: el candidato a gobernador de la oposición, estaría más cerca que nunca de ganar. En esa provincia, igual que en otras del Norte, Massa supera a Macri. Pero Massa arranca más votos al kirchnerismo que a Cambiemos. Aparece aquí un fenómeno obvio, que la astucia del líder de Tigre consigue por momentos disimular: la coalición UNA es un desprendimiento del peronismo.

Esta última evidencia vuelve a la elección bonaerense más enigmática que nunca. Si Massa no fuera candidato, no habría dudas sobre un triunfo de Scioli en primera vuelta. Si las hay, es por el daño que le hace Massa en Buenos Aires. Es la casa de los dos.

En esa provincia hay que agregar otro infortunio para Scioli. Propone, si se lo considera por su...

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