La elección del enemigo imaginario

Alberto Fernández

Están los amigos imaginarios y sobre todo en política, los enemigos imaginarios. Este lunes en La Plata, bajo un cielo gris y frío, Cristina Kirchner hizo la magia que su militancia idolatra y sacó de la galera política una imagen de la oposición a la medida de las necesidades urgentes del oficialismo . Es temporada alta electoral y el kirchnerismo bosqueja la oposición política que calza mejor con su estrategia. Si vacunas son votos, el principal enemigo que erige el kirchnerismo este año será una oposición política identificada como antivacuna . En la estrategia kirchnerista, la culpa de la vacuna que no llega al brazo del votante es de la oposición antivacuna que asusta a la gente antes que de la falta de vacuna, responsabilidad de los Fernández.

El dibujo no se sostiene. El 90% de los argentinos está dispuesto a vacunarse. El dato llega desde el Estudio Zuban Córdoba y Asociados, una de las pocas encuestadoras que acertó en el resultado de las PASO 2019. De acuerdo con la consultora de Gustavo Córdoba, el enemigo antivacuna de Cristina Fernández alcanza apenas al 7,5% de la sociedad : ese es el porcentaje de argentinos que dice que no se va a vacunar. Es decir, la oposición política pretendidamente antivacuna a los ojos kirchneristas, Juntos por el Cambio y la periferia libertaria, tendría poquísimo impacto en la ciudadanía a la hora de querer o no querer vacunarse.

Es la primera vez que la vicepresidenta se explaya sobre la pandemia y dedica casi la totalidad de su discurso a la campaña de vacunación . Sus palabras vacunatorias se extendieron durante unos 19 minutos. El "casi" se lo llevó el otro enemigo imaginado , que vuelve insistente en cada gestión kirchnerista pero cuya potencia depende cada vez más de los fantasmas propios que se inventa el kirchnerismo antes que del verdadero poder de fuego de esos espectros imaginarios: los medios de comunicación tradicionales considerados opositores, y Clarín como su arquetipo. No importa cuánto se haya reconfigurado la escena mediática con la expansión de las redes sociales y una democratización de las agendas liderada por el ciudadano twittero, que no se allana tan sencillamente al control de esos medios tradicionales, el kirchnerismo sigue eligiendo a los diarios como sus molinos de viento . Pero esa es otra historia: la expresidenta le dedicó a los medios apenas cuatro minutos de un discurso de 19 minutos.

Lo cierto es que el eje del primer discurso de la vicepresidenta...

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