La ejecución de un clérigo chiita en Arabia Saudita desata una ola de ira en Medio Oriente

PARÍS.- Arabia Saudita entró en una peligrosa trayectoria de colisión con Irán -que puede conducir a ambos países a un conflicto geopolítico y religioso- después de que las autoridades de Riad ejecutaron al célebre predicador chiita Nimr Baqr al-Nimr y a otras 46 personas acusadas de terrorismo, entre los cuales figuraban militantes de la red Al-Qaeda.

La sentencia provocó una avalancha de condenas a nivel internacional y desató una ola de disturbios. Los ataques más graves fueron contra el consulado saudita en Mashaad, en el norte de Irán, incendiado por cientos de fanáticos, y contra la embajada saudita en Teherán. Los manifestantes lanzaron cócteles mólotov contra la sede y alcanzaron a penetrar en el recinto para luego ser expulsados por la policía.

En tanto, la cancillería iraní prometió que Riad pagará "un alto precio" por la muerte del clérigo.

Al-Nimr, de 56 años, y los otros ajusticiados fueron acusados en un comunicado oficial de estar identificados con la ideología takfiri, integrar "organizaciones terroristas" y haber armado "complots criminales". Las ejecuciones se produjeron en 12 ciudades diferentes y la agencia oficial SPA se abstuvo de dar detalles sobre los métodos usados, aunque tradicionalmente son decapitados con un sable que tiene la hoja de oro. Los cuerpos son luego expuestos al público.

Para mostrar cierto equilibrio religioso, la lista incluyó también varios sunnitas vinculados a Al- Qaeda que participaron en los ataques contra el reino en 2003 y 2004.

Al-Nimr había inspirado las manifestaciones que conmovieron la provincia oriental saudita, reducto de la comunidad chiita del reino, entre 2011 y 2012, en plena "primavera árabe". Pero nunca apoyó los actos de violencia. En cambio, se distinguió por sus plegarias provocativas y festejó la muerte del príncipe heredero Nayef, en 2012. Un año antes se había pronunciado a favor de la fusión de Arabia Saudita con el reino vecino de Bahrein.

Aunque el ajusticiamiento era esperado desde hacía varios días, la aplicación de la sentencia creó una profunda conmoción en el mundo árabe y amenaza con atizar las tensiones entre el régimen chiita de los ayatollahs de Teherán y la monarquía wahabita de Riad, de confesión sunnita, ramas del islam enfrentadas desde hace siglos.

Los chiitas representan una minoría de dos millones de personas sobre una población de 18 millones de habitantes, en un país regido por el wahabismo -versión ultra-puritana del sunnismo-, que por añadidura se...

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