Educar para superar la desigualdad

El principio básico de la justicia social es la vigencia de la igualdad de oportunidades para todos, más allá de las circunstancias de origen económico, social o de género. "Lo igualitario parte de la convicción de que la mayor parte de las desigualdades son sociales y por tanto eliminables. El pensamiento no igualitario, en cambio, parte de la convicción opuesta , que son naturales y como tales no se pueden eliminar", señaló Norberto Bobbio. Es así, aunque lograr el objetivo de eliminar las desigualdades exige un gran esfuerzo político.

Hay en el país una gran segmentación social entre quienes se incorporan capacitados a la sociedad tecnológica y quienes quedan excluidos de los beneficios del incremento global de la productividad del trabajo. Existe una amenaza creciente que se nutre de la segmentación del mercado laboral, que amplía la brecha de remuneraciones entre el personal calificado y el no calificado. Por eso el acceso a la escuela secundaria es clave para poder alcanzar buenos empleos. No olvidemos que la falta de empleo castiga mucho más a quienes tienen menos educación.

La gran desigualdad en la distribución del ingreso es una traba para el desarrollo económico, ya que altos niveles de desigualdad tienden a reducir las tasas de crecimiento. Las sociedades inequitativas impiden la acumulación eficiente del principal capital en esta era de la globalización: el capital humano. La desigualdad y la pobreza hacen que muchos queden marginados de los procesos educativos aptos para abrirles el nuevo mundo tecnológico, que es la característica de esta época. Esos muchos son los más pobres, hijos de pobres, que a su vez tendrán hijos pobres condenados así a la reproducción intergeneracional de la pobreza.

La injusticia social potencia círculos viciosos que mantienen a muchas familias y provincias en el mundo postergado de la pobreza, impidiéndoles así una vida más digna. La pobreza estructural es un problema intergeneracional, y por esa razón debe ser abordado desde esa perspectiva, ya que estamos más en presencia de un problema de distribución permanente de capital que de meros ingresos temporales, pues los pobres no acceden a la capitalización en términos de recursos humanos. Las nuevas generaciones de jóvenes cada vez se parecen más a las de sus padres; es decir, ahora tenemos estructuras sociales con menos movilidad que en el pasado. La igualdad de oportunidades educacionales es decisiva para favorecer la movilidad intergeneracional...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR