Eduardo Costantini: 'En mis cincuenta años de coleccionista nunca me pasó algo así'

Eduardo Costantini explica en exclusiva a LA NACION los detalles de su compra de dos obras de arte en Brasil, realizada el año pasado, debidamente y de buena fe, y que habían sido robadas anteriormente

Una vidente, cuadros escondidos debajo de una cama, una millonaria coleccionista cautiva durante un año y un botín de 140 millones de dólares son los ingredientes del culebrón que sacude las noticias del mundo. Y entre ellos, está también el coleccionista Eduardo Costantini , que compró en 2021 dos obras de la colección de arte moderno brasileño del marchand Jean Boghici , sin saber que había detrás un entramado delictivo.

Por intermedio del galerista Ricardo Camargo , Costantini adquirió piezas que pertenecían a la hija de Boghici, de buena fe y debidamente registradas . Las obras son Elevador social (1966), de Rubens Gerchman, y Maquete para o menú espelho (1964), una obra pequeña de Antonio Días , valuadas cada una en 150.000 dólares. No sabía que habían sido previamente robadas por Sabine Boghici a su madre, Genevieve, la viuda de 82 años del famoso marchand. "En mis cincuenta años de coleccionista nunca me pasó algo así", dice Costantini a LA NACIÓN . Sabine mantuvo cautiva durante un año a Genevieve para robarle unos 140 millones de dólares en obras de arte, según reveló la policía brasileña, tras su detención ayer por la mañana en Río de Janeiro.

"Elevador Social" (1966), de Rubens Gerchman, es una de las dos obras adquiridas por Costantini en 2021 sin saber que había sido robada

En el botín de 16 cuadros y esculturas, recuperado por la Comisaría de la Tercera Edad de la Policía Civil de Río de Janeiro, incluía tres obras de Tarsila do Amaral, O Sono , valuada en 58 millones de dólares, Sol Poente y Pont Neuf , de 48 millones y 29 millones de dólares, respectivamente, y piezas de Alberto Guignard, Di Cavalcanti, Cícero Dias, Kao Chi-Feng, Ilya Glazunov, Emeric Marceir y Michel Macreau .

La joya de la colección, Sol Poente , estaba debajo de la cama en la casa de Rosa Nicolau Stanesco, una de los cuatro detenidos, durante el allanamiento realizado en el barrio Abolicao, zona norte de Río de Janeiro. Se hacía pasar por una vidente para mantener cautiva a la viuda de Boghici. Cuando la fueron a detener, intentó, sin éxito, escaparse por una ventana. Genevieve fue a pedir ayuda a la comisaría, tras aguantar por largo tiempo el aislamiento, mientras su hija se llevaba cuadros, joyas y hacía transferencias de dinero. Había echado a todo el...

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