Un edificio plagado de microalgas para reducir la contaminación

Un edificio que busca mejorar la contaminación con microalgas

¿Pueden las microalgas , esas diminutas plantas acuáticas verdosas, frenar la contaminación y el cambio climático ? La empresa municipal de recolección de basuras de Alcorcón (Madrid, 169.500 habitantes) ha apostado por un decidido sí y ha puesto en marcha un proyecto junto con la Universidad de Alcalá de Henares para que su futura sede esté aislada con estos organismos. De esta forma, se pretende reducir el consumo energético y a la vez reducir el dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera.

La actual sede de la Empresa Municipal de Servicios de Alcorcón (Esmasa, que incluye en su cartera la grúa municipal y la limpieza viaria y de los edificios del Ayuntamiento, entre otros) se encuentra en una nave industrial que se ha quedado obsoleta. Se levantó cuando solo había 195 trabajadores y en la actualidad rondan los 600. El nuevo edificio estará cerca del actual, del recinto ferial y del depósito de la grúa. Con una inversión de €3 millones, contará con dos vestuarios masculinos y uno femenino, sala de formación para trabajadores y escolares, talleres y aparcamiento para los vehículos de limpieza.

Conductos de microalgas

Sin embargo, la mayor novedad no se verá. En la estructura de la nave se pondrán conductos con microalgas que servirán para aislar el edificio a la vez que consumirán CO2, lo que servirá para tener un aire más puro . El presidente de Esmasa y teniente de alcalde de Alcorcón, Jesús Santos (Unidas Podemos Ganar Alcorcón), reconoce que se trata de una iniciativa pionera que hasta el momento solo se ha puesto en marcha en un pequeño edificio de Alemania . "No se trata de hacer cosas a corto plazo, sino al revés para la próxima década o más, que mis hijos puedan vivir aquí de una forma más sostenible y eso hay que empezarlo ya", destaca Santos, que antes de ser concejal había trabajado en Esmasa como conductor durante 16 años.

Las microalgas contarán con un circuito cerrado en el que estarán un plazo aproximado de un mes, tras el cual suelen morir. Pero ahí no se acabará su ciclo. Una vez sin vida, tienen varios destinos, como dedicarlas a biomasa para el abono de parques y jardines o venderlas a empresas de cosméticas, en las que están muy cotizadas. La propuesta está ahora en fase de estudio en unas naves cedidas por AENA, en las que una empresa privada y los investigadores de la Universidad de Alcalá están analizando cómo sacarles el mayor rendimiento a las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR