Ecuador y el caso Assange

Julian Assange, el ciudadano australiano fundador de WikiLeaks, está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. De esta manera, procura evitar que Gran Bretaña lo extradite a Suecia, donde está acusado del delito de violación y, además, de haber cometido agresiones sexuales que son objeto de causas judiciales.Según Assange, quien niega toda responsabilidad por los delitos comunes de los que es procesado en Suecia, detrás de esas acusaciones se esconde una maniobra para enviarlo desde ese país a los Estados Unidos, para ser juzgado por la responsabilidad que le pueda corresponder por la difusión de miles de cables confidenciales norteamericanos sustraídos al Departamento de Estado. Assange teme llegar a enfrentar una posible pena capital.Curiosamente, en torno al presidente de Ecuador, Rafael Correa -uno de los más encarnizados enemigos de la libertad de prensa, que persigue implacablemente a los medios independientes en su propio país-, se coincide con el acusado en que su caso tiene que ver, además de la obligación de evitar una eventual aplicación de la pena capital, con la defensa de la libertad de prensa, lo que realmente es poco creíble. Esto sucede pese a que Suecia, país de impecables credenciales en el cumplimiento de sus obligaciones, ha anunciado más allá de toda duda que no está dispuesta a extraditar a Assange a los Estados Unidos.Cabe preguntarse entonces si las razones de la sobreactuación de Correa no pueden tener otros motivos como, por ejemplo, lograr protagonismo en el escenario internacional para posicionarse en la sucesión de Hugo Chávez en el liderazgo de la...

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