Economía 'social', nada nuevo bajo el sol

El proyecto de la economía "social" o "popular", concebida como un nuevo paradigma, está tomando un fuerte impulso en nuestro país. Ya desde su mismo nombre, esta nueva economía pone de manifiesto su contraposición con el supuesto carácter "antisocial" del capitalismo, que estaría cada vez más volcado a la especulación financiera, y convertido así en un sistema expulsivo, incapaz de producir puestos de trabajo.

La economía social está representada por trabajadores sin relación de dependencia, que en la mayoría de los casos se desempeñan de modo individual (como en el comercio popular), mientras que el resto trabaja para organizaciones comunitarias, cooperativas y pequeños emprendimientos. Sus promotores buscan formalizar progresivamente estas actividades, consideradas servicios socialmente valiosos, y sueñan con darles un carácter permanente, al lado e incluso en sustitución de la economía tradicional.

Esta idea está lejos de ser una novedad, incluso dentro de la Iglesia. A comienzos del siglo XX , en efecto, surgió una propuesta social conocida como "distributismo" o "distributivismo", popularizada por intelectuales católicos de la talla de G. K. Chesterton e Hillaire Belloc. Se trataba de una variante del corporativismo, que veía la competencia en el mercado como algo destructivo y desestabilizador, que debía ser regulado a través de asociaciones por rama de actividad, bajo la supervisión del Estado. Postulaba la más amplia distribución posible de los bienes productivos, un sistema basado en pequeñas unidades económicas y la limitación del comercio internacional para dar lugar a la producción para uso local. Se pensaba que de esta manera los pequeños emprendedores, liberados de la "esclavitud del salario", lograrían su independencia económica, realizando el sueño que expresaría años más tarde el economista E. F. Schumacher en su libro Lo pequeño es hermoso (1973).

Lo que estos autores no tenían en cuenta es que la búsqueda de la autosuficiencia y la deficiente división del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR