Dudas y cruces por los encapuchados que generaron violencia en las marchas

"No son mapuches... son más gringos que nosotros". La frase, fuera de protocolo, sale de boca de un gendarme que desde hace varios meses es protagonista de la tensión que se vive en el Sur por el reclamo indígena. Así se refiere al grupo de encapuchados que provocó incidentes en las dos últimas marchas por Santiago Maldonado en El Bolsón.

Los vecinos de esa localidad patagónica también se preguntan quiénes son los agitadores. No los reconocen como vecinos ni como miembros de las comunidades mapuches. Muchos los consideran "infiltrados" y creen que tienen intenciones políticas para desvirtuar los reclamos pacíficos por la aparición del tatuador.

En la Patagonia las acusaciones cruzadas están a flor de piel. La Gendarmería ya radicó denuncias y quiere identificar a los responsables de los desmanes, que siempre se movieron con sus rostros cubiertos. Los organismos de derechos humanos, por su parte, aseguran que la fuerza viene tomando fotos de manera ilegal durante las protestas.

Ese clima enrarecido y de desconfianzas mutuas, con otras características, también se replicó en Buenos Aires, durante las movilizaciones por Maldonado en Plaza de Mayo. La primera marcha, a un mes de la desaparición del joven, comenzó pacífica y terminó con graves incidentes por un grupo que lanzó piedras, provocó destrozos en las inmediaciones de la Catedral y se enfrentó con la Policía de la Ciudad, que respondió con balas de goma y gases lacrimógenos para desalojarlos.

Tres investigaciones

En medio de esos confusos episodios, la fuerza detuvo a 31 personas y se abrió una causa en el fuero federal que recayó en el juzgado de Marcelo Martínez De Giorgi. El Gobierno, que hizo su propia investigación y tarea de inteligencia, salió a apuntar a grupos anarquistas y piqueteros presuntamente vinculados con el kirchnerismo.

En la causa penal, todos los detenidos fueron indagados y 30 de ellos fueron liberados a las 48 horas. El juez pidió a la Policía de la Ciudad pruebas para identificar a los responsables, porque algunos de los apresados ni siquiera habían participado de la marcha.

La fuerza porteña analizó 36 horas de videos y fotos y realizó tareas de identificación facial para aportar datos certeros a la Justicia.

Según pudo conocer LA NACION de fuentes judiciales, se espera que el juez resuelva la situación procesal de los...

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