Downton Abbey, una reliquia de otra era

El comienzo de la sexta temporada de Downton Abbey en nuestro país marca el principio del final de una de las más exitosas exportaciones culturales de este siglo para Gran Bretaña, una que seguramente terciará en aquella dupla dorada de dramas sobresalientes de los 70 (Upstairs, Downstairs;Yo, Claudio). En todos los casos, la exquisita reproducción de una época era una forma de endulzar la entrada de una aguda disección de lo que nos unía y nos separaba con la sociedad que se revivía allí, encarnada en un nutrido elenco de personajes memorables.

No habrá demasiado que temer, en términos artísticos, al término de los diez episodios de Downton Abbey: nadie duda de la buena salud de la TV británica ni de la capacidad de encontrarle sucesores. Lo que sí puede ocurrir es que estemos asistiendo al entierro de uno de los últimos ejemplares de su especie: la serie "tanque". Sólo Game of Thrones y The Walking Dead -tras la partida de Mad Men y Breaking Bad- retienen el suficiente interés de un número enorme de fanáticos en todo el globo, aún dispuestos a...