Dos realidades a 220V

Enchufados. Una corriente alterna los mueve. Cambian de polaridad de manera constante. Van a los saltos por un presente sin demasiados éxitos. Así se muestran en el contexto de una corrida eléctrica. Son más. Muchas más. Sólo el cansancio los frena. Hasta que toman aire otra vez. All Boys e Independiente cargan con tantas inquietudes que un mismo partido tiene el efecto de una descarga. Bien entendida, claro, sin golpes bajos. No los envuelve una tragedia, por supuesto. Hay errores, goles, golpes y sobresaltos. Se desenvuelven con coherencia a la luz de los últimos antecedentes.Independiente parecía encarrilarse con un gol. Hacía dos partidos que no anotaba. El toque de Defederico, después de un intento embarullado de Parra, intentó liberarlo. Fueron 20 o 25 minutos con un muestrario interesante. Sin lujos ni extravagancias, pero con planteo solvente, de control y toque corto. Defederico, por la derecha, apareció como una solución constante para la presión de All Boys. Los Rojos procuraron olvidarse del enrarecido clima electoral, de los reproches y de las idas y venidas de Ramón Díaz con los cambios, entre nombres que aparecen y desaparecen, incluso a último momento, pese a las formaciones que se intuían confirmadas.No juega casi por nada, sin riesgo cercano en los promedios y con la clasificación para la Copa Libertadores lejana. Hay un desafío íntimo en Independiente. Ramón sabe que precisa puntos para no empezar con el crédito recortado el Clausura, al fin, su propio proyecto, con un plantel acaso depurado y dos incorporaciones. Lo conocen los jugadores, los experimentados y los juveniles, que de acá al final se jugarán la continuidad. Cada fecha, cada minuto, cada corrida podrá ser decisiva al ojo del entrenador. En el medio quedarán las elecciones del 18 de diciembre, pero ya habrá tiempo para concentrarse en las cuestiones políticas. Antes mandarán otros compromisos.La necesidad queda al descubierto. Se marca con fiereza, aunque con algunas limitaciones. Se corre, a veces sin tanto sentido. El nerviosismo, además, conlleva las distracciones. Así fue como Matos apareció dos veces en el área sin marcas y empató dos veces. La primera, de cabeza. La segunda, con un tiro alto después de un rebote en un córner. Independiente no sostuvo la ventaja que había conseguido. En realidad, a veces mantuvo el empate. Se advertirá, también, que la igualdad no le caía del...

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