Dos obras bien hermanadas

CONCIERTO V DEL CICLO DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA DEL TEATRO SAN MARTÍN / Programa: Le Marteau sans maître, de Pierre Boulez, y Pierrot Lunaire, de Arnold Schönberg / Dirección: Alejo Pérez / Intérpretes: Rosa Domínguez y Magriet van Reisen (voz), Claudio Medina y Silvina Álvarez (viola), Grace Medina (violín), Horacio Massone (flautas), Ariel López (guitarra), Agustina Herrera (piano), Bruno Lo Biando (marimba), Oscar Albrieu (vibráfono), Arauco Yepes (percusión) / Sala: Casacuberta del Teatro General San Martín. Nuestra opinión: excelenteAunque la buscada continuidad entre el Pierrot Lunaire de Arnold Schönberg y su propia pieza Le Marteau sans maître era evidente, Pierre Boulez dedicó en su momento el artículo "Decir, tocar, cantar" a examinar las afinidades y distancias entre ambas obras. La primera constatación partía de un dato cronológico para arribar a una conclusión estética: el Pierrot había sido escrito en 1912, después de la suspensión de la tonalidad, pero antes de la instauración de la ley dodecafónica; el Marteau, entre 1953 y 1955, cuando, según Boulez, el riguroso serialismo integral empezaba a volverse más flexible. Es decir, las dos pertenecerían a períodos formalmente más libres. Luego, está el uso "hablado" de la voz y el orgánico: el "quinteto Pierrot" y el "sexteto Marteau". Pero ya ahí mismo, en el color instrumental, terminan radicalmente las semejanzas.El Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín presentó, con dirección de Alejo Pérez, un programa con las dos obras, aunque con la cronología invertida, lo que habilitó escuchar esas relaciones en dirección contraria. Pérez logró un Marteau sumamente ágil, sin ninguna rigidez rítmica, que exhumó la sensualidad que habita en los pliegues de la ardua escritura bouleziana. El principio "liederístico" moderno que rige Pierrot desaparece en Marteau; aquí la voz se integra en el ensamble. La holandesa Margriet van Reisen consiguió maravillosamente ese efecto, entrando y saliendo del grupo instrumental y pegándose y alejándose de la viola y la flauta. La voz es en verdad el álter ego de la flauta (fue magnífica la tarea de...