Dos que barajan y dan de nuevo

Para alguien tan acostumbrado a los triunfos, ponerles el cuerpo a dos traspiés casi simultáneos no debe haber sido fácil. Le pasó a Marcelo Tinelli, que en las últimas horas debió sobrellevar con diferencia de escasas horas las consecuencias de sendas situaciones adversas, hechos que escaparon a su casi infalible olfato de hombre de éxito permanente.Anteanoche, Tinelli eligió viajar a Mendoza para compensar cerca del seleccionado nacional las complicaciones de un doble recambio, futbolístico y artístico. Para la máxima figura de la televisión argentina, el último tramo de 2012 llega con resultados y efectos que pocos imaginaban a comienzos de este año, cuando tomaba más distancia que nunca del aquelarre institucional y deportivo del club de sus amores, San Lorenzo, y mientras tanto se convertía en artífice del pase del año..., pero en el terreno televisivo. Le quitaba a su rival por el campeonato del rating un jugador capaz por sí solo de ganar varios partidos. Antonio Gasalla era imprescindible en el encumbrado equipo de Susana Giménez, pero aceptaba mudarse con todos sus personajes al dream team imaginado por Tinelli.Con la salida de su ariete, Susana terminó de convencerse. Telefé podía jugar el campeonato del rating sin ella. Así, el torneo empezaba de una manera inesperada. Con una de nuestras grandes divas sin pantalla justo en el año del jubileo, a 25 años de su primera y rutilante aparición televisiva. Y con Tinelli como potencial dueño y señor de un medio que funcionaba para él y su escudería cada vez más como eje de un sistema solar mediático que incluía la reproducción sin fin de su propia dinámica: interminables certámenes con personas siempre dispuestas a cantar (de aspirantes anónimos a figuras de bulímica exposición mediática), chismes, chistes, homenajes y toda clase de miscelánea agregada a los platos principales. Un show integral de variedades con el que se daba hasta el gusto de regresar con su buque insignia más tarde de lo aconsejable. El resto de la flota parecía desplazarse con vientos favorables.A estas alturas del año, cuando llega la hora del balance sin tiempo para arrepentimientos o vueltas hacia atrás, queda claro que los timoneles se confiaron demasiado en las previsiones de las cartas de navegación y no advirtieron algunas señales escondidas que podrían resultar adversas. Al fin y al cabo estamos en tiempos de cambio climático y las previsiones de ayer pierden certidumbre frente a fenómenos imprevistos.Al hincha de San...

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