Un domingo electoral con incógnitas por despejar

A las primarias del 13 de agosto se les atribuye una capacidad predictiva que priva de cualquier suspenso el torneo del domingo. Como si la Argentina se hubiera convertido en Suiza. Pero quedan muchas incógnitas por despejar en estas elecciones. El interrogante más inmediato se refiere a las derivaciones políticas que se desprendan del hallazgo de un cadáver en el río Chubut.

Las incógnitas a resolver son nudos determinantes para la dinámica que adquirirá la vida pública en los próximos dos años. Identificarlos es crucial para comprender el nuevo mapa de poder que surgirá desde las urnas.

En el caso Maldonado, en principio, falta corroborar una hipótesis generalizada: que el muerto es el joven tatuador. Aun con la aparición del documento de identidad, la familia no quiso anoche reconocerlo. Algunos amigos de Sergio, el hermano del muerto, atribuyen esa suspicacia a su estado emocional. Si se confirma lo previsible, que es Santiago Maldonado, habría que desentrañar las razones de la muerte. Si fue violenta o se trató de un accidente. Si se produjo por ahogo o el cuerpo fue arrojado al agua ya sin vida. Qué papel jugaron los gendarmes. Si antes de fallecer fue sometido a cautiverio. Son variables claves para sostener o descartar la figura de la desaparición forzada. Esa tesis se vuelve más problemática. A quien lo hizo desaparecer, ¿le conviene sacar el cadáver a la luz pública, con el documento de identidad en un bolsillo, para que se conozcan los detalles del delito? Sería casi una confesión con pruebas.

El juez Gustavo Lleral pidió los gabinetes de criminalística el viernes pasado, como si ese día hubiera tenido algún indicio. Para acercarse al lugar debió vencer la resistencia de militantes mapuches. Logró pasar cuando llegó Soraya Maicoño, la líder del grupo. Macondo. El cuerpo se encontró anteayer a las 12.30. El primer funcionario del gabinete en enterarse fue, a las 13.50, el ministro de Justicia, Germán Garavano. Fue a través del abogado de los Maldonado. Garavano se lo comunicó a su colega de Seguridad, Patricia Bullrich, y al director de la AFI, Gustavo Arribas. Desde entonces los funcionarios se prepararon para días de tensión. No por el dictamen de las urnas. Por el dictamen de la autopsia. Se irá filtrando en trascendidos.

Cabe imaginar que las preferencias electorales sean, en muchísimos casos, indiferentes a las novedades de esta peripecia desgraciada. La polarización resuelve sin necesidad de constataciones el misterio...

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