El doble filo de los propósitos de Macri

Al Presidente le toca cargar con la mochila más pesada, no solo por conducir los destinos del país, sino porque al mismo tiempo es el principal comunicador de su gobierno.

Lo demostró, nuevamente, en la semana que pasó con dos acciones ostensibles bien distintas, que buscan revertir ciertas distorsiones sociales: primero puso en marcha un plan de austeridad en la política, luego de años de impúdicos despilfarros y, por otro lado, recibió al policía procesado que mató a uno de los ladrones que asaltó e hirió gravemente a un turista en La Boca, como gesto contundente de respaldo al accionar de las fuerzas de seguridad, que estuvieron sumidas en un limbo durante la era kirchnerista.

El detonante de la primera acción presidencial mencionada se origina, paradójicamente, en el marco de una sucesión de hechos nada ejemplares producidos en torno del ministro de Trabajo, Jorge Triaca (audios con exabruptos a una empleada y su consecuente conflictivo despido, nombramientos discrecionales en el intervenido Sindicato de Obreros Marítimos Unidos y una cantidad de parientes directos en puestos claves del Estado).

El anuncio presidencial de reducir en un 25% el gasto en cargos políticos jerárquicos y disponer que los familiares de funcionarios que trabajan en la administración pública abandonen sus puestos antes de fin de mes produjo las primeras renuncias y apuró la resolución de un hecho colateral, pero al que también se le había puesto la lupa (el bono de $500.000 que Luis Miguel Etchevehere recibió como gratificación extraordinaria al retirarse de la presidencia de la Sociedad Rural para asumir como ministro de Agroindustria, y que acaba de devolver).

La bandera plantada por el jefe del Estado tiene un efecto más simbólico que concreto, pero si se persiste en el intento, el ejemplo puede -debe- cundir en los otros dos poderes del Estado, también demasiado acostumbrados a gastar fortunas en sueldos, viáticos, asesores y una infinita cantidad de ítems más. De paso, servirá para simplificar procesos y desburocratizar estructuras demasiado pesadas. Y tiene el nada despreciable efecto psicológico sobre la población de que así los esfuerzos se reparten un poco mejor y que ya no está tan sola en sus sacrificios de pagar tarifas en constante reajuste a tono con los países de la región e, incluso, con las del interior argentino, ya que el kirchnerismo había montado una eficaz escenografía de economía muy subsidiada, pero solo para la gran vidriera mediática...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR