Divide a argentinos un puente en Uruguay

PUNTA DEL ESTE.- La polémica cumplió 60 años. Pero se exacerbó anteayer, en la última de las audiencias públicas. Y ahora la construcción de un puente sobre la laguna Garzón 'área protegida como reservorio costero de biodiversidad y naturaleza intacta, y límite natural entre los departamentos de Maldonado y Rocha- ubicó la defensa del medio ambiente dentro de una tormenta de posiciones encontradas sobre progreso y desarrollo sustentable. "Puente no, balsa sí", y "el puente es trabajo y progreso", se escuchan con insistencia y de manera salomónica entre muchos argentinos con intereses diversos en estas costas.La traza del puente en la desembocadura de la laguna es un proyecto de vieja data. Las intendencias de Rocha, Maldonado y la firma Consultatio lo reflotaron en 2008 para dotar con una conectividad autónoma, ágil y segura la ruta 10, entre José Ignacio y Rocha, y reemplazar el antiguo sistema de balsas, que actualmente une ambas orillas.Según quien opine, la balsa es parte medular de la identidad del lugar. Actúa como un paseo de contemplación singular y es ejemplo cabal del concepto de Uruguay Natural. Transporta hasta cuatro vehículos, opera con horario limitado, propulsada por un bote con motor fuera de borda. Y según los pobladores locales, interrumpe su servicio cuando soplan vientos huracanados y se presentan averías.Impulsado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), y anhelado por las intendencias de Rocha y Maldonado, la interconexión fluvial, de un costo de US$ 3 millones, fue ofrecida en donación al Uruguay por el empresario Eduardo Costantini. En 2009 recibió el visto bueno del entonces presidente Tabaré Vázquez, entusiasmado junto con los rochenses con poder unir las costas de Rocha y José Ignacio y consolidar la ruta 10 hacia el Este.Ese punto cardinal es el imán histórico del desarrollo turístico. Y allí, en las paradisíacas 30.000 hectáreas entre las lagunas de Garzón y Rocha, parte de las cuales integran el Sistema Nacional de Areas Protegidas del Uruguay (SNAP), desembarcó Costantini con Las Garzas, un barrio marítimo cerrado de 486 lotes en 240 hectáreas, orientado al turismo residencial de alto nivel.Ese desarrollo está siendo resistido en la justicia contenciosa por su vecino de chacra Santiago Soldati. Empujado por el cuidado del medio ambiente también se opone al puente junto al presidente de Techint, Paolo Rocca, otro de los pioneros del lugar. Manuel Antelo, Federico Alvarez Castillo, Eduardo Vigil y Ralph...

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