Distinto y con pinceladas de La Espadaña

Cuando hace poco más de un año, Adolfo Cambiaso gestó el nuevo La Dolfina sabía dos cosas: que podría jugar un polo diferente del que venía desarrollando (y que muchos criticaban) y que la presión sería casi exclusiva para el Dream Team. Lo primero, más que perturbarlo, resultaba como un alivio, para su cabeza y sobre todo para el físico, cada vez más jaqueado; lo segundo ni lo inmutaba: si hay algo que le gustó desde siempre es absorber y afrontar desafíos y esa adrenalina tan especial.Hoy debe sentirse más que satisfecho, aun cuando le falta el último peldaño de la Triple Corona. El más importante. Ese que lo tendrá como protagonista por 13era vez en los últimos 15 años. Adolfito no suele ir a Palermo cuando no juega, pero a las finales, va gustoso. Es de los casi infaltables...Este La Dolfina es distinto del anterior. Y una vez que se fue asentando en plena temporada y dándoles vuelo a sus mejores montados, trajo algunos flashbacks incorporados. Pinceladas, por ejemplo, del recordado La Espadaña, cuando la pelota empieza a buscar espacios vacíos y se advierten cambios de frente. Claro, ese equipo no tenía un Cambiaso, con todo lo que ello implica, en especial después de su rotundo protagonismo de ayer, pero sí rompía...

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