Disputa de poder detrás del caso Nisman

La demostró en qué medida la ha impactado sobre la política. Es menos evidente el modo en que la política está influyendo sobre la investigación de esa muerte. Sin embargo, si se corre el velo de los procedimientos judiciales asoma una descomunal disputa de poder. En ella se juegan posiciones electorales, presiones corporativas y extorsiones mafiosas.

El campo de batalla es extensísimo: atraviesa el Poder Ejecutivo, los tribunales y hasta roza a la Universidad de Buenos Aires. Es un ajedrez incomprensible, salvo que se advierta que las dos causas de las que es sujeto Nisman, la de su denuncia y la de su muerte, están entrelazadas.

El Gobierno necesita que la Cámara Federal respalde al juez Rafecas y desestime la denuncia del fiscal. Si la acusación fuera consistente, estaría imputada por un crimen de lesa humanidad. La Cámara de Casación estableció, en el caso Galeano, que cualquier delito ligado a la investigación del atentado contra la AMIA reviste esa gravedad.

Es una discusión crucial porque, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los jueces no pueden negarse a investigar un crimen imprescriptible, como hizo Rafecas. Se entiende, entonces, que la Casa Rosada esté buscando un armisticio con el frente judicial. Hasta ahora sólo consiguió fisurarlo. Basta dar dos ejemplos: el fiscal Pollicita enfrentó a Rafecas por haber rechazado su escrito, y Rodolfo Canicoba Corral se trenzó con Pollicita por haber apelado ese rechazo. Magistrados más o menos imparciales ven detrás de estas peleas alineamientos con Scioli, Massa o Macri.

La tenaza kirchnerista avanza sobre el fiscal Moldes, al que se quiere recusar por haber homenajeado a Nisman, algo que también hizo Rafecas en su fallo. Además, habrá "gestiones" ante la Cámara Federal que decidirá si se sigue o no investigando. ¿Quiénes la integrarán? Eduardo Farah y Jorge Ballestero podrían excusarse porque, en su momento, declararon inconstitucional el acuerdo con Irán, aun cuando elogiaron las intenciones del Gobierno.

La señora de Kirchner necesita que la presentación de Nisman sea rechazada por un motivo más urgente. Para quedar desligada del fallecimiento del fiscal conviene desmerecer la denuncia. Si era inofensiva, ¿para qué matarlo? Al revés: Nisman, abochornado, pudo pensar en suicidarse. Éste es uno de los cruces de ambas causas.

En medio de esta controversia irrumpieron Sandra Arroyo Salgado y la tesis del asesinato, ahora basada en la crítica que sus peritos realizaron de la...

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