Discriminar no es cuidar

Porque te quiero te aporreo", reza un viejo refrán hoy caído en absoluta y merecida desgracia frente el avance, entre otros, del movimiento #NiUnaMenos. Ni Oscar Wilde podría a estas alturas sostener, sin riesgo de ser reprendido, aquel "todo hombre mata lo que ama. Unos lo hacen con una mirada cruel. Otros, con una palabra halagadora".Los excesos de cuidado no pueden ser usados como justificativo para conculcar libertades. Parece haberlo entendido ahora el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. No parecía entenderlo así el viernes último, cuando anunció que los mayores de 70 años iban a tener que tramitar un permiso especial para trasladarse fuera de sus viviendas so pena de ser multados. O, si lo entendía, no fue comunicado de la mejor manera.Muchísimos adultos mayores se sintieron profundamente ofendidos, cuando no dañados. Lo que pudo haber sido una medida razonable para asistir a ese grupo etario en el que el Covid-19 viene haciendo estragos se transformó en un ataque a sus derechos individuales, consagrados constitucionalmente, y a su dignidad.Fue, sin dudas, una medida desproporcionada. Hubo quienes, como el reconocido jurista Alberto García Lema, calificaron el contenido de aquella disposición de Horacio Rodríguez Larreta de una discriminación contraria a la igualdad real de oportunidades y trato afirmada en el artículo 75, inciso 23, de la Constitución nacional, en particular, respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.Distintas voces críticas convencieron al jefe porteño de dar marcha atrás con el anuncio del viernes. Se llegó así a una resolución mucho más suave. Si bien la medida no se levantó a pesar de la rápida decisión del juez en lo contencioso administrativo porteño Lisandro Fastman de declararla inconstitucional, los mayores de 70 pueden ahora salir de sus casas como lo venían haciendo: sin una autorización previa, tomando todos los recaudos necesarios para no contagiarse ni contagiar, pero en libertad de decidir qué hacer de sus vidas, por dónde circular y en qué momentos."Somos grandes, más que grandes, y sabemos lo que tenemos que hacer (...) Por un lado, nos aíslan y por el otro nos mandan a largas filas para vacunarse o cobrar las jubilaciones (...) No nos pongan rejas en la puerta. La locura puede ser tan peligrosa como un virus", sostuvo, molesta, la escritora Alina Diaconú.Un grupo de renombrados intelectuales suscribió, incluso, una carta a Rodríguez Larreta en la que...

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