Una dirigencia con mala nota: sólo uno de cada diez argentinos los ve con buenos ojos

Sólo uno de cada diez argentinos tiene una opinión positiva de los dirigentes. El 60% considera que las promesas de campaña quedan sólo en eslóganes. Y siete de cada diez creen que los líderes están involucrados en algún hecho de corrupción. Según esos datos, que se desprenden de un estudio de la Universidad Siglo 21, la política argentina volvió a sacar una mala nota.

Ante este panorama, la nacion consultó a referentes de los principales espacios sobre qué responsabilidad consideran que tienen en el descontento de la población. Y ya que la moda es ponerse una nota, como hizo el presidente Mauricio Macri sobre su gestión hace algunas semanas, también se les pidió que calificaran su propia credibilidad.

Según Daniel Scioli, el mal concepto de los ciudadanos con la dirigencia se debe a que el votante es cada vez "más exigente" con sus demandas. En diálogo con la nacion, el ex candidato a presidente por el Frente para la Victoria (FPV) destacó que los políticos tienen que "respetar las percepciones" y subrayó que los partidos deben enfrentar el "desafío" de "modernizarse para estar en sintonía con la sociedad y generar confianza".

Desde el estallido social de 2001, que evidenció un malestar generalizado con la dirigencia, poco parece haber cambiado en el nivel de credibilidad y confianza en la dirigencia política, aunque hoy los analistas creen que estamos lejos de volver a ese contexto de crisis y otros, como el ex presidente Eduardo Duhalde, advierten que se debe colaborar para evitarlo.

¿Qué pasó durante todos estos años, la mayoría gobernados por el kirchnerismo, que no se pudo revertir esa desconfianza? "Son muchas las causas", contestó Scioli. Y agregó: "Hubo avances y retrocesos. Ahora hay que poner el énfasis en las frustraciones e interpretar lo que ocurre en cada familia".

Además de señalar el malestar con los políticos, en el estudio difundido en diciembre -con un universo de 1050 ciudadanos de diferentes ciudades-, también hubo malas calificaciones para las instituciones gubernamentales, como el Poder Judicial, la policía, los partidos y el Indec.

Para la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, es la "opacidad" que demuestran los políticos en sus tareas lo que mantiene los índices de desaprobación tan altos. "La valoración se mantiene baja porque muchos políticos eligen la opacidad y eso genera sospechas. Un político que no aclara ni hace apertura total de la información que le interesa a la sociedad siempre va a...

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