La 'dignidad de la casa propia' es el mayor desvelo en una villa bonaerense

¿Qué es la dignidad para los que menos tienen? ¿Qué les hace falta para sentirse dignos?"Recién me voy a sentir digna cuando pueda tener mi casa. Que sea chiquita, de dos piezas, con un baño y una cocina. Lo que sea, así sean cuatro chapas, pero que sea mía", dice Noelia Duarte, habitante de la villa Parque Alvear, en Villa de Mayo, Buenos Aires. Este asentamiento presenta las mismas falencias que tantos otros del conurbano o de la Capital: precariedad laboral, déficit habitacional y problemas de acceso a bienes básicos como la educación, la salud y la alimentación.Noelia vive en una casilla de chapa junto con su marido, sus tres hijos y un sobrino de 12 años que está su cargo. Es ama de casa y su pareja hace changas. "A veces, la vida es difícil. Tengo sólo 25 años, pero siento que tengo 60. Para mí lo más importante es que podamos tener trabajo, que mis hijos tengan una buena educación y tener nuestra casa", dice Noelia, una de las 1300 personas de esta villa que asisten a los programas de la ONG Manos Abiertas, que participó de un relevamiento llevado adelante por esa entidad para conocer qué significa la dignidad para sus beneficiarios.El 41% de ellos respondió que ser digno es tener un techo; el 22%, tener un trabajo, y el 14%, que se respeten sus derechos. En menor medida, tener atención básica de la salud, poder educar a sus hijos y tener qué comer y sentirse escuchados.Queda así en evidencia que la crisis habitacional es la principal preocupación de las personas que viven en los contextos más vulnerables. Según el último informe del Barómetro de la Deuda Social Argentina de la UCA, la tenencia irregular de la vivienda alcanza al 51,8% de los habitantes de villas o asentamientos precarios; el 50,6% tiene una vivienda inadecuada (casillas, ranchos o casas que no cuentan con paredes de material con revoque) y el 22% vive en una situación de hacinamiento medio (tres o más personas por cuarto)."Cada persona tiene un concepto diferente de lo que es la dignidad. Nosotros estamos abocados a los más pobres entre los pobres, a los que más les cuesta alcanzar su dignidad porque no tienen acceso a la educación, a la salud y no se respetan sus derechos", sostiene Rubén Masera, coordinador del Centro Hurtado de Manos Abiertas. Agrega que los vecinos se acercan por problemas de salud, de indocumentación, de adicciones y situaciones de violencia familiar.Violencia de todo tipo"Están inmersos en un círculo en donde siempre se está en el mismo lugar, porque son...

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